UNA historia del eixample... la Pedrera

Un gran edificio que se adelantó a su tiempo

+ INFO:

Provença, 261-265.

Abre de lunes a domingo (9-18.30). www.lapedrera.com

La Casa Milà, diseñada por el visionario Antoni Gaudí, une desarrollo sostenible y diseño

Admirada 8 Fachada principal de La Pedrera, en el paseo de Gràcia.

Admirada 8 Fachada principal de La Pedrera, en el paseo de Gràcia.

CARME ESCALES
BARCELONA

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En la azotea de la esquina más visitada del paseo de Gràcia, en lo más alto del edificio de la Pedrera, bases de botellas de cava cubren una de las chimeneas de esta construcción de 1912. Es solo un pequeño detalle que habla de sostenibilidad, originalidad, sencillez y reciclaje en la obra de Antoni Gaudí. La casa que el político y burgués Pere Milà encargó al arquitecto a principios del siglo XX está llena de elementos que hablan de la mente privilegiada de su autor.

Dos amplios patios dispuestos de manera que permiten aprovechar la luz que desciende desde las claraboyas, creando un microclima que favorece la ventilación; aislamiento térmico bajo el tejado; ascensor a todas las plantas, algo inédito hasta entonces en un edificio de la ciudad... Nada en el interior, ni en el exterior de la Casa Milà fue realizado sin una utilidad clara. Conceptos bioclimáticos, geométricos y expresionistas se crearon al servicio de las personas.

Visita de aniversario

«Para mí, la Pedrera es la obra magna de Gaudí», afirma el arquitecto Juli Capella, comisario de la exposición Les altres pedreres. Arquitectura i disseny al món a principis del segle XX. Es la muestra que conmemora el centenario de la construcción de la Casa Milà, precisamente comparándola con la obra de otros seis arquitectos de la misma época, y que podrá visitarse, de forma gratuita, hasta el próximo 24 de febrero.

Capella se alegra de que por fin se haya dado a Gaudí el reconocimiento que una mente tan avanzada merecía. «El mismo sector de arquitectura culta de la época le hicieron un vacío absoluto. Los barceloneses pusieron al edificio muchos nombres peyorativos, entre ellos la Pedrera, con el que se quedó», señala.

La censura popular del edificio contrasta con el ingenio que Gaudí plasmó en su interior, hoy visitable todo el año. En el emblemático edificio están las viviendas particulares de cuatro familias, el despacho de una firma de abogados y el lugar de trabajo de la sesentena de empleados de la Fundació Catalunya-La Pedrera, propietaria del edificio desde el año 1986.

Con motivo de la celebración del centenario del edificio, se han restaurado las pinturas del vestíbulo. «Son frescos con escenas mitológicas, que los pintores Iu Pascual, Xavier Nogués y Aleix Clapés, realizaron entre 1909 y 1912», explica la directora de Cultura de la Fundació Catalunya-La Pedrera, Marga Viza.Y también aprovechando la conmemoración, la fundación ha iniciado una campaña ciudadana de recopilación de imágenes y documentos sobre la Pedrera. «A través de la pestaña La Pedrera Inédita, dentro de la web: www.lapedrera.com cualquiera que tenga y quiera aportar material sobre la Pedrera, puede comunicarse con nosotros», informa Viza.

Será una manera de aproximar todavía más a la gente uno de los edificios más insignes de la ciudad. Una de las inquilinas del edificio Carmen Burgos asegura: «Todavía hoy descubro detalles de su inteligente distribución. Aunque sus formas recuerden a una cueva, el sol es un habitante más de la casa, durante todo el día». Así es la Pedrera, por dentro, el espacio sobre el que Gaudí dijo: «Quiero hacer una estructura flexible en la que se puedan tirar todos los tabiques y pueda tener cualquier uso, incluso el de un hotel», un edificio inteligente, adelantado a su tiempo, la obra de un visionario.