Anna Barrachina, actriz: "La Dreta de l'Eixample no tenía nada hace 18 años"

Cuando Anna Barrachina (Sitges, 1967) subió a visitar el ático en el que ahora vive sentía que esa parte del Eixample, entre los paseos de Gràcia y de Sant Joan, no era el barrio en el que hubiese querido vivir. "No había nada. Algún restaurante, almacenes... Deprimía un poco", recuerda la actriz 18 años después. Pero, como el piso y la terraza le encantaron, se quedó. La gira con La Cubana la esperaba.

Cerró la puerta de su nueva vivienda y salió volando para aterrizar vestida de Estrellita Verdiales en el espectáculo Cegada de amor. Cegada de amorMientras tanto, la Dreta del Eixample iría abriendo tiendas y restaurantes. "Me ha costado 18 años hacer barrio. Yo venía del L'Esquerra de l'Eixample, en el que se hacía más vida como la de los pueblos como Sitges. Allí había más vecinos de toda la vida, más comercios, y mucha más vida en la calle", compara. "Yo soy sitgetana, vine para estudiar en el Col·legi de Teatre, en Montjuïc, y mi hermano vivía en ese Eixample izquierdo, al que llegué primero", explica.

DEL ÁTICO AL MERCADO

"Soy una persona que busca el silencio, pero también necesito a la gente, saber dónde encontrarla, saber que está", expresa la vecina famosa. Es reconocida por sus catorce años de éxitos con la compañía teatral La Cubana. Y lo es por su interpretación del personaje de la Nuri Soler, en la serie Ventdelplà de TV3.

Afortunadamente, el mercado de la Concepció (Aragó, 313-317) siempre fue como un oasis para esta vecina. En él sí que encontraba aquello que deseaba vivir en el barrio: relaciones humanas, vecinales, saludos cómplices de transeúntes que siempre se cruzan en la calle o coinciden en la cola del supermercado. El mercado es eso y más. "Al principio, cuando apenas había tiendas aquí, el mercado era mi vía para llegar a todo aquello que en la calle no encontraba", dice la actriz, a la que veremos, a partir del próximo lunes en la serie Merlí  En ella, esta vecina del Eixample es Lídia, la madre de los alumnos Marc y Pau.

UCRANIANA

Anna Barrachina memoriza sus guiones caminando. "El movimiento me ayuda a fijar el texto", puntualiza. Pues bien, si estos días alguien camina por la Dreta de l'Eixample y escucha un monólogo en solitario y en ucraniano -estuvo un mes aprendiendo esta lengua-, es que se ha cruzado con ella.

Barrachina se mete en los zapatos de Irina, una ucraniana contratada para la limpieza en Caiguts del cel, la adaptación de Sergi Belbel de la obra original en francés de Sébastien Thiéry. La vecina del Eixample barrerá y fregará el escenario del Teatre Goya hasta el 9 de octubre.

Irina llega al Goya a pie. Barrachina es, y se siente, muy afortunada, porque desde su casa su hijo va al cole a pie y ella puede ir caminando a muchos teatros y cines.

Y, sobre todo, porque tiene tres librerías cerca: Laie, Jaimes y Documenta. Porque no habría vida más triste para ella que la que tuviera que vivir sin libros ni librerías. "En Sitges cerraron la última que había, y saberlo me entristeció muchísimo", confiesa la actriz, que también tuvo sus días de gloria en la serie de Antena 3 Amar es para siempre, en el papel de Belén Aguado.

Librerías, paradas del mercado, el Malpaso (Girona, 59) -donde adora beber una cerveza al final del día- y toda esa vida "que ha ido pintando de color esta Dreta de l'Eixample", la hacen sentir bien. "Ahora ya no me movería de aquí", dice Barrachina, que en enero empezará a ensayar el musical Homes, dirigido por Carol López.