Alumnos de Escolàpies-Llúria exponen en tiendas del barrio

Una veintena de establecimientos colaboran con la 10ª Mostra d'Art Jove

Laia Herreros posa con su cuadro en la Óptica Llobet.

Laia Herreros posa con su cuadro en la Óptica Llobet.

LUIS BENAVIDES / BARCELONA

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Una veintena de cuadros con nombre y apellidos han encontrado su sitio, al menos hasta el próximo 8 de junio, en diferentes establecimientos del Eixample. Los autores son alumnos de primero y segundo de bachillerato artístico del centro educativo Escolàpies-Llúria (Aragó, 302). Participan en la 10ª Mostra d'Art Jove con la complicidad de su entorno más inmediato. "Traspasar los límites de la escuela y salir al exterior, para hablar con los propietarios de los establecimientos, forma parte del proceso de aprendizaje", explica Goretti Pomé, profesora y coordinadora de la muestra.

La asociación de comerciantes Cor Eixample colabora en esta iniciativa artística seleccionando algunos cuadros y facilitando los espacios para la exposición. «Este año les presentamos una especie de catálogo digital con todos los cuadros de nuestros alumnos, y ellos escogieron una veintena. No tienen porqué ser los mejores, porque no es un concurso», matiza Goretti. «El cuadro -continúa la coordinadora de la muestra- debe encajar en el espacio del establecimiento asociado».

El cuadro sin título de Pau Martínez, de 17 años, preside la tienda Espai Bici (Bruc, 63). «Es mi segundo cuadro, y no sé si haré muchos más. En realidad, me gustaría dedicarme al diseño de interiores», matiza.

Escolàpies-Llúria, con más de 150 años de historia, es un referente artístico en el Eixample, pero sobre todo humanístico. «Trabajamos valores evangélicos universales como la tolerancia y el respeto al otro. El arte es un camino para hacer las personas más humanas», afirma la directora del centro, Paloma Guerrero.

En la óptica

 El cuadro de Laia Herreros, de 18 años, lleva por título Quan els alumnes parlin y está expuesto en la Óptica Llobet (Consell de Cent, 352). Herreros se inspiró en un cuadro de el pintor y poeta Albert Ràfols-Casamada, hilo conductor de la muestra de este año. «Dibujé un rostro con unos ojos muy expresivos. Quizá por eso lo escogieron para esta tienda», explica Herreros, quien subraya el significado del árbol, verdadero elemento central. «Simboliza el crecimiento personal -añade la joven-, y los capullos cerrados representan el paso a otra etapa».

El propietario de la óptica, Xavier Llobet, aplaude la iniciativa. «He participado en esta muestra desde sus inicios y me habría quedado con más de uno de los cuadros expuestos, porque realmente son jóvenes con mucho talento. Lástima que no estén a la venta», bromea.