Rigau vuelve al cole

Irene Rigau

Irene Rigau / RICARD CUGAT

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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La 'consellera' de Ensenyament de la Generalitat, Irene Rigau, está buscando colegio. Para ella misma. Rigau confesó ayer que está preparando su salida del departamento, que dirige desde el 2011 y en el que se ha ganado fama de inmune al desaliento, para poder ejercer de maestra de lectura y escritura, «en algún centro cercano al Parlament». Intentará compatibilizar su actividad docente con el cargo de diputada autonómica para el que acaba de ser reelegida, explicó.

Irene Rigau (Banyoles, Pla de l’Estany, 1951), que ya se jubiló hace unos años como docente, según indicaron a este diario fuentes sindicales, podría acogerse a la posibilidad que abre la ley de educación de Catalunya (LEC) de trabajar como maestra voluntaria en un centro educativo, siempre en tareas de refuerzo escolar o como apoyo a los maestros titulares. «Hace 44 años que trabajo, empecé en 1971 de maestra y me gustaría terminar siendo la misma maestra», dijo ayer. «Me gusta la educación, la práctica educativa, la gestión educativa y la política educativa como área del conocimiento. Sea como sea, seguiré vinculada a la educación», subrayó.

Su trayectoria profesional y política, de hecho, ha estado siempre vinculada al ámbito educativo, excepto cuando Jordi Pujol prefirió nombrarla, en su última legislatura como presidente de la Generalitat, 'consellera' de Benestar i Família, cargo que ocupó durante cuatro años. Además de dar clases de primaria en distintas escuelas de Girona, Rigau ha sido también profesora en la Universitat de Girona y en la Universitat Oberta de Catalunya. Su especialidad es la lengua catalana, una materia que, siendo ya titular de Ensenyament, le ha ocasionado también algún quebradero de cabeza por culpa de las sentencias del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya y del Supremo. Es, además, licenciada en Psicología por la Universitat Autònoma de Barcelona.

Tijeras y urnas

Su paso por Ensenyament ha suscitado sonadas polémicas, tanto con la comunidad educativa de base (que le ha organizado varias manifestaciones y mareas amarillas), como con el Ministerio de Educación, a cuyo anterior titular, José Ignacio Wert, plantó hasta en dos ocasiones con la LOMCE como detonante. Rigau ha sido la consellera de los tijeretazos, con una partida presupuestaria en educación que acumula un recorte del 16% en cinco años. Y es también la consellera de las urnas, después de su imputación por la consulta del 9 de noviembre del 2014, junto al presidente Artur Mas y la exvicepresidenta Joana Ortega.

Como es difícil saber, ahora mismo, la fecha de su partida y mientras esta se concreta, la titular de Ensenyament ha puesto «ya en marcha las máquinas para preparar el próximo curso escolar», que suele empezar a planificarse a «mediados de octubre». El objetivo es «poderlas traspasar a quien haga falta cuando el presidente lo considere oportuno», señaló en declaraciones a RAC-1. Con este propósito, Ensenyament nombró la semana pasada a José Ignacio García Plata como nuevo director general de Profesorado y Personal de Centros Públicos.