EDUCACIÓN EN CATALUNYA

El rechazo a la LOMCE y a la 'programación' de los alumnos alborota las pruebas de sexto de primaria

evaluacion 6 primaria

evaluacion 6 primaria / periodico

MARíA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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La gran mayoría de los 77.323 alumnos catalanes de sexto de primaria que este miércoles estaban convocados a realizar las pruebas de competencias básicas las han hecho ajenos a la polémica que los adultos mantienen sobre estos exámenes. Relativamente satisfechos con el nivel de dificultad de las preguntas con que se han encontrado en la primera jornada de pruebas (de Lengua Catalana, a primera hora, y de Matemáticas, después), a los chavales todo lo que les preocupa ahora es que la sesión del jueves (con Lengua Castellana y Lengua Extranjera) "sea, como mínimo, igual fácil".

Pero, pese a la normalidad vista en las aulas, las pruebas de evaluación de final de primaria han llegado este año inmersas en una doble controversia. La primera, la decisión de la Generalitat de no aplicar en Catalunya la prueba externa (la también llamada reválida de sexto) tal como la prevé la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa, la LOMCE, y la segunda, la opción que ha tomado un grupo de familias de no llevar estos días a sus hijos a clase para no someterlos a estos exámenes.

Estos padres, agrupados en la Xarxa d'Escoles Insubmises (XEI), argumentan que este tipo de evaluaciones no miden realmente las habilidades personales y sociales de los alumnos, sino que, por el contrario, al ser una prueba idéntica para todos los estudiantes de sexto (vivan donde vivan, estudien como estudien), el resultado es poco ajustado a la realidad y las políticas educativas que se desprenden acaban resultando homogeneizadoras.

Es más, aseguran los detractores, mal aplicadas, estas pruebas generan un efecto poco deseable: cada vez son más los colegios que preparan o "entrenan" a los alumnos para el examen, como ocurre desde hace años con la selectividad durante buena parte del bachillerato. Pese a estar respaldado por la Fapac, la principal federación de ampas de Catalunya, el boicot a las pruebas ha sido muy minoritario.

Además, alertan los padres, tal y como está redactada la LOMCE, sigue abierta la posibilidad de que los resultados obtenidos por los estudiantes sirvan para elaborar 'rankings' de escuelas. Eso, a pesar de que el Ministerio de Educación publicó el pasado 26 de abril una orden en la que parecía rectificar, al prohibir la publicación de los resultados de estas pruebas en los territorios que son gestionados directamente por él. "Sí, como gesto cara a la galería está muy bien -avisan las familias-, pero esta es una medida que, en principio, solo se aplica este año y únicamente en Ceuta y Melilla, que es donde el ministerio organiza directamente las pruebas". No afecta, entienden ellos, al resto de autonomías, que siguen rigiéndose por el decreto de noviembre del 2015 que regula estas pruebas.

COMPETENCIAS BÁSICAS

La prueba, insiste por su parte la Generalitat, se limita a "evaluar el grado de adquisición de las competencias básicas al acabar la primaria, lo que servirá para que, en el paso del alumno a secundaria, se le pueda dar un refuerzo en las materias que lo precise", alegaba este martes la 'consellera' de Ensenyament, Meritxell Ruiz. Además, recordó Ruiz, los estudiantes catalanes no harán este curso el examen de Ciencias que prevé la LOMCE, ni tampoco se harán <strong>públicos sus resultados</strong>, más allá del informe personal que recibirán sus familias y los directores de sus colegios. 

Catalunya se ha situado en la línea de otras comunidades autónomas que van a aplicar (la mayoría, la semana que viene) una prueba "adaptada", a partir de lo que dicta la LOMCE. Este examen ha sido elaborado por consenso entre las comunidades de Asturias, Aragón, Cantabria, Comunitat Valenciana, Illes Balears, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía. 

La fórmula de las autonomías autodenominadas rebeldes a la LOMCE ya le vale al ministerio. Así lo ha expresado este miércoles su titular, Íñigo Méndez de Vigo, que ha manifestado que "cualquier sistema que tenga que mejorar tiene que saber cómo hacerlo y para ello las evaluaciones son necesarias". "Es cierto que hay comunidades que ya lo hacían, me parece muy bien, es algo que tenemos que hacer todos para tener una homogeneización", ha agregado.

BUSCAR UN NUEVO MODELO

Para los pedagogos, la clave no es si hay que hacer evaluaciones, sino cómo han de ser estas. "Necesitamos nuevos sistemas, mecanismos que nos permitan saber si un alumno ha adquirido habilidades que son difíciles de medir, como el espíritu crítico o la capacidad de trabajar en equipo, pero que son competencias que le serán necesarias en la vida adulta", indicaba Boris Mir, director adjunto del programa Escola Nova 21 y exdirector del instituto escuela Les Vinyes de Castellbisbal, uno de los centros referentes en Catalunya del nuevo modelo educación innovadora.