Más de la mitad de los alumnos de la FP media no consiguen el título

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
BARCELONA

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Que cuatro de cada diez graduados en formación profesional (FP) en Catalunya hayan conseguido un empleo, según constataba la semana pasada el estudio anual sobre inserción laboral de la Conselleria d'Ensenyament y el Consell de Cambres de Catalunya, es todo un logro. Que además este año sea el primero, de los últimos siete, en que el número de graduados de FP con un contrato de trabajo supera por fin al de los que están en paro es también muy loable. Como lo es el hecho de que el número de estudiantes de FP haya crecido un 78% en los últimos cursos, como dijo ayer la 'consellera' de Ensenyament, Irene Rigau.

El problema -y eso no lo mencionaban ni el informe ni tampoco la 'consellera'- es que de los más de 56.300 estudiantes que el curso 2012-2013 seguían ciclos formativos de grado medio solo lograron sacarse el título 15.915, lo que supone una tasa de fracaso escolar en esta etapa educativa superior al 50%, según calculan analistas del sistema educativo. Hay que tener en cuenta, advierten, que hay ciclos de un año y ciclos que duran dos cursos. Algo mejores fueron los rendimientos de los estudiantes de grado superior, donde, de los 51.000 matriculados, terminaron casi 20.000.

«Lo cierto es que es muy difícil saber exactamente cuántos alumnos consiguen la titulación en formación profesional, porque ni el Ministerio de Educación ni la Conselleria d'Ensenyament facilitan información sobre la tasa neta de graduación», admite el economista Adrián Zancajo, del grupo de investigación Globalisation, Education & Social Policies (GESP) de la Universitat Autònoma de Barcelona.

CRUCE DE DATOS

Cruzando datos de distintas administraciones es posible concluir, no obstante, que «los alumnos de ciclos formativos que consiguen completar sus estudios con éxito representan apenas entre el 40% y el 50% de los inscritos», indica Zancajo, autor de diversos estudios al respecto.

Aunque Ensenyament ha repetido, en varias ocasiones, que la situación en la FP es de franca mejoría (gracias, entre otras cosas, al incremento de oferta que ha habido en los últimos años), los investigadores no comparten el optimismo de la Generalitat. Con la desaparición, impuesta por la LOMCE, de los planes de cualificación profesional inicial (PCPI), muchos alumnos que se gradúan con resultados muy justos en la ESO irán ahora a la FP de grado medio, «lo que podría suponer un aumento de suspendidos en esos estudios», avisa Zancajo.

SISTEMA POLARIZADO

El impulso que en los últimos años se esta dando a la FP de grado medio es fruto de una constatación preocupante: solo el 9% de la población adulta española ha cursado estos estudios, frente al 34% de media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) o el 57% de Alemania. En España, la población está terriblemente polarizado si lo que se mide es su nivel de formación, lo que supone que, mientras un 44% de ciudadanos tienen solo estudios básicos (como mucho hasta ESO), otro 34% ha obtenido al menos un título universitario. Eso significa que la franja central de nivel de estudios (FP de grado medio o superior y bachillerato) es solo del 22%, lo que condiciona, a su vez, la estructura del mercado laboral.