Las novedades de la LOMCE

El tratamiento del catalán y las reválidas, las cuestiones más controvertidas

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / Barcelona

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La ley orgánica para la mejora de la calidad educativa, la controvertida LOMCE aprobada hoy en el Congreso de los Diputados con el único apoyo del PP (y la abstención de UPN) es la séptima ley educativa que regirá en España desde la democracia. Estas son algunas de las novedades que introduce la ley Wert, contra la que ya se han anunciado, al menos, cuatro recursos de constitucionalidad.

Un nuevo modelo lingüístico

El castellano se convierte, por ley, en lengua vehicular de la enseñanza en todo el Estado. Eso supone un ataque al modelo de inmersión lingüística que desarrolla la escuela catalana desde hace más de 30 años. Todas las fuerzas políticas catalanas (salvo el PP y Ciutadans) y la comunidad educativa catalana han hecho frente común en contra de esta disposición. La LOMCE prevé que el Gobierno adelante el pago de la escolarización privada de aquellos alumnos que "no tengan garantizado el aprendizaje en castellano" en los centros públicos o concertados, y se lo descontará a éstas de la financiación autonómica que les corresponda.

Reválidas y pruebas externas

La ley recupera las antiguas reválidas o pruebas nacionales comunes, a las que se someterán los estudiantes al final de sexto de primaria, cuarto de ESO y segundo de bachillerato, el contenido de estos exámenes los diseñará la Administración central, algo que las comunidades autónomas contrarias a la ley consideran una invasión de sus competencias. En el caso de las reválidas de final de ESO y de bachillerato será necesario aprobarlas para obtener los títulos correspondientes. La Administración podrá hacer públicos los resultados obtenidos por cada centro, lo que abre la vía al establecimiento de ránquings. Al terminar tercero de primaria habrá también una evaluación individualizada para la detección precoz de dificultades en el aprendizaje.

Segregación de alumnos en cuarto curso de la ESO

Aunque el debate ha bajado de tono en los últimos tiempos, la decisión del ministerio de separar a los alumnos de cuarto de ESO según el itinerario que vayan a escoger en el siguiente curso (bachillerato o FP) sigue causando discrepancias. «En la mayoría de los casos, los 15 años es una edad demasiado temprana para que los chicos sean capaces de decidir qué quieren hacer de su vida», dice Ismael Palacín,  director de la Fundació Jaume Bofill. Quienes pasen a bachillerato tendrán que elegir tres opciones (y no cuatro como ahora): bachillerato científico, bachillerato social y humanístico y bachillerato artístico.

La nueva FP básica

Con el claro objetivo de reducir la tasa de fracaso escolar, el Ministerio de Educación ha decidido implantar una nueva modalidad de formación profesional (FP), que cursarán alumnos de entre 15 y 17 años con dificultades de aprendizaje que hayan terminado tercero de ESO o, excepcionalmente, segundo. Esta nueva FP básica será de dos cursos y servirá que sus alumnos puedan obtener una acreditación equivalente a la ESO y pasar a FP de grado medio. Ha sido una decisión muy criticada, porque supone, según algunos, una mera operación de maquillaje de cara a las estadísticas, que puede tener, según otras voces críticas, un alto coste de implantación.

Los obispos católicos ganan dos batallas

Los obispos católicos españoles han ganado la batalla por partida doble: desaparece la odiada asignatura de Educación para la Ciudadanía por sus «contenidos adoctrinadores» y los alumnos que no quieran acudir a su clase de religión (por lo general imposible de suspender) deberán cursar una alternativa cuya nota podría rebajarles el expediente.

La concertada gana peso y privilegios

El último texto de la LOMCE, fruto de su debate en Senado, otorga más recursos públicos a centros privados. A diferencia de lo que

ocurre ahora, escuelas privadas que separan a sus alumnos por razón de sexo podrán recibir fondos públicos o tener conciertos. También recibirán dinero público las privadas que acojan a alumnos que pidan ser escolarizados solo en castellano. Además, la LOMCE prevé que se pueda ceder suelo público para la construcción de centros educativos de titularidad privada.

Implantación en tres años

La LOMCE ha sido, durante toda su tramitación, una ley con prisas, posiblemente para evitar, como dijo recientemente la consellera catalana de Ensenyament, Irene Rigau, que le ocurra lo mismo que le ocurrió a la reforma promovida por la ministra Pilar del Castillo, cuya LOCE no llegó a desplegarse, ya que fue derogada con la entrada de Rodríguez Zapatero en el Gobierno. Pero el ministro Wert ha tenido que moderar sus prisas ante la presión de las comunidades autónomas gobernadas por el PP. Finalmente la LOMCE comenzará a implantarse para primaria y formación profesional (FP) básica en el próximo curso 2014-2015, mientras que en la ESO y en bachillerato será en el cursos 2015-2016. La primera reválida de ESO y de bachillerato será en el 2017.

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