Hazaña universitaria en Tarragona

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MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / TARRAGONA

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Con una financiación precaria que está limitando la actividad investigadora y alimentando la fuga de cerebros, con un número de estudiantes que se resiente por culpa de tasas de matrícula excesivas y becas insuficientes y con duras críticas a la endogamia, que hace que algunos departamentos sean todavía auténticos reinos de taifas en los que cualquier innovación es un imposible. Con todo eso... y la universidad catalana parece que aguanta el tipo. Los 'rankings' internacionales conocidos las últimas semanas -el de Shanghái, hecho público el 15 de agosto, y el Times Higher Education del pasado jueves- ratifican que el sistema catalán no solo lidera la clasificación de los mejores campus de España, sino que es un sistema estable, que repite resultados.

A la cabeza, la Universitat de Barcelona (en el ‘ranking’ Shanghái) y la Autònoma (en el Times Higher Education), seguidas por las otras dos universidades públicas de la capital, la Pompeu Fabra y la Politècnica de Catalunya (que intercambian posiciones en uno y otro listado), y a continuación -y aquí la sorpresa- la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, que ocupa una posición destacada, se diría incluso que poco frecuente para un centro de los considerados periféricos, con menos de 14.000 estudiantes matriculados y apenas 1.200 profesores e investigadores.

“Y eso, con un presupuesto muy inferior al de las universidades barcelonesas”, subraya y saca pecho Josep Anton Ferré, rector de la URV. “¿Quiere que le sea sincero? Nosotros fuimos los primeros sorprendidos al ver que el ‘ranking’ de Shanghái, donde solo figuran las 500 mejores universidades de todo el mundo, por primera vez nos incluía”, confiesa el rector, que lleva dos años en el cargo. “Esto ha sido el premio a un trabajo de 25 años, constante y con unas directrices y unas prioridades muy claras”, proclama.

{"zeta-legacy-key":{"title":"LOs RETOS DE LA UNIVERSIDAD","keys":[{"title":"Una financiaci\u00f3n estable.","description":"\u00a0La presencia de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en los 'rankings' universitarios internacionales\u00a0m\u00e1s prestigiosos, explica el rector Josep Anton Ferr\u00e9, es el resultado de los \u00faltimos a\u00f1os de bonanza econ\u00f3mica, previos a la crisis y los recortes. \"Las tesis doctorales que se est\u00e1n leyendo ahora, las investigaciones y los art\u00edculos que se est\u00e1n publicando en revistas especializadas se iniciaron hace ya unos a\u00f1os, porque la ciencia no es algo que se produzca de hoy para ma\u00f1ana\", se\u00f1ala. Y avisa: \"Si se sigue mermando la financiaci\u00f3n a las universidades ser\u00e1 dif\u00edcil mantener este nivel de excelencia\"."},{"title":"La renovaci\u00f3n de la plantilla.","description":"\u00a0En\u00a010 a\u00f1os se jubilar\u00e1n en la URV\u00a0un centenar de profesores, y en la d\u00e9cada siguiente, otros 200. Es un alto porcentaje en\u00a0una plantilla de algo m\u00e1s de 1.200 personas, observa el rector Ferr\u00e9. \"El envejecimiento del profesorado es\u00a0el problema m\u00e1s acuciante de la universidad espa\u00f1ola y, en nuestro caso, coincide\u00a0con que va a afectar a los docentes que pusieron en marcha la universidad\u00a0en 1991\", se\u00f1ala. En aquellos a\u00f1os, recuerda, \"se pusieron incluso anuncios en los peri\u00f3dicos para contratar\u00a0profesores y fue as\u00ed como llegaron\u00a0docentes extranjeros, muy motivados y que contribuyeron a los buenos resultados que ahora cosecha la URV\"."},{"title":"Investigaci\u00f3n con impacto social.","description":"\u00a0Ser capaces de implicar al territorio (a las administraciones, a las \u00a0instituciones, a las empresas) en la actividad universitaria, \"lograr\u00a0arrastrar a\u00a0los agentes locales de\u00a0esta metr\u00f3polis de 300.000 habitantes, formada por Tarragona, Reus, Vila-seca y Salou, con un gran potencial en distintos sectores\". Este es uno de los retos que se ha impuesto el rector de la URV para los pr\u00f3ximos a\u00f1os.\u00a0Ferr\u00e9 es consciente de que la suya nunca ser\u00e1 una universidad para competir con Oxford, con Harvard o con Berkeley, \"\u00bfpero por qu\u00e9 no con centros con tan buena como reputaci\u00f3n de Amberes o Queensland, que son de un tama\u00f1o similar al de la Rovira i Virgili?\"."}]}}

En los últimos años de crisis económica, las universidades catalanas han sido objeto de recortes severos (la aportación pública a los campus ha disminuido en casi el 30% en Catalunya), de debates políticos (hasta ahora estériles) sobre la reforma de sus órganos de gobierno y de rigurosas limitaciones a la contratación de nuevos profesores, y aun así, dentro de este maremágnum de factores contarios, “algo se debe de estar haciendo bien, ¿no cree?”, argumenta Ferré.

COMO EN LA COCINA

¿Y en el caso de la URV, cuál cree que ha sido la fórmula?  “Muchas veces explico que una universidad es como una cocina. Aquí, como allí, tenemos unos ingredientes, que son los alumnos, que son los profesores y que es, también, la financiación. Tenemos también una receta, que se tiene que adaptar a esos ingredientes, y una elaboración, que pasa, entre otras cosas, por convencer a las personas de que han de ser ambiciosas en su trabajo y tener autoestima. Y finalmente, tenemos una presentación o 'emplatado' que es cómo comunicamos lo que hacemos, sobre todo a las instituciones y las empresas del territorio en el que nos encontramos”, explica el rector.

Así, la Rovira i Virgili empezó en diciembre de 1991 por algo tan sencillo (o tan complicado) como “aceptar que, a diferencia de Girona y de Lleida, esta iba a ser una universidad sin una referencia territorial específica, porque no pertenecía ni a Tarragona ni a Reus, donde ya había instalaciones universitarias previas, sino a ambas”. Con ese nombre neutral y de consenso, el del político tarraconense que fue presidente del Parlament de Catalunya en el exilio franquista, “se optó por no hacer de ello un problema”, señala el actual rector. Tener una denominación no territorial le ha permitido luego a la URV crecer hacia distintas ciudades de la provincia de Tarragona, hasta llegar a tener facultades en Vila-seca, en Tortosa y en El Vendrell, además de en Reus y en la capital. La universidad tiene, además, delegaciones en una docena de poblaciones, que les mantienen en contacto con las necesidades reales del territorio. 

“También fuimos conscientes desde el primer momento de que para sobrevivir no bastaba con ser buenos en un solo ámbito”, reflexiona Ferré. Por eso, “sin dejar de ser una universidad generalista, con una oferta de estudios atractiva para los estudiantes de su entorno, la URV apostó por especialidades, vinculadas a ese mismo entorno, como la Química, la Enología, la Arqueología Clásica y la Prehistoria o el Turismo”, señala.