De excursión en una célula

La genetista Neus Cols lleva a los alumnos de bachillerato del instituto Goya de Barcelona a los laboratorios de la UB dentro de la iniciativa Amgen Exper(i)ència

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MICHELE CATANZARO / BARCELONA

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“Me hubiera encantado vivir algo así cuando estaba en el instituto: en mis tiempos la ciencia que se enseñaba era todo teoría. Pero encontrar a un científico que transmite pasión es lo que realmente entusiasma”, así resume la genetista Neus Cols el espíritu del programa Amgen Exper(i)ència. Esta iniciativa ha puesto en contacto durante este curso a 25 científicos eméritos o en la fase final de su carrera (ente ellos Cols) con 4.500 alumnos en escuelas catalanas, de la primaria al bachillerato.

El resultado son unas 90 actividades previstas, como charlas, visitas a centros de investigación, asesoramiento en proyectos y en ferias de ciencia. El 10 de febrero, por ejemplo, Cols guio a 21 estudiantes de primero de bachillerato hacia una verdadera excursión escolar por la célula. Los acompañó en uno de los lugares que frecuentó cuando trabajaba: la unidad de microscopía óptica avanzada de la Universitat de Barcelona

"Tenemos un montón de científicos jubilados con mucha experiencia acumulada y en perfecto estado, por así decirlo: es un recurso excepcional”, explica Laura Rubio, directora de comunicación de la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació (FCRI), la entidad perteneciente a la Generalitat que promueve la iniciativa, junto con la farmacéutica Amgen.

Cuando le propusieron a Cols la posibilidad de participar, no tuvo dudas. “Todo lo que es dar apoyo a los profesores de secundaria y dar a conocer la ciencia a la sociedad me parece bien”, comenta esta científica de 60 años, que adelantó su retiro debido a una baja por cáncer, tras una carrera en el Clínic y la UB como investigadora en genética humana. “Ahora que no tengo el estrés de publicar y dar clases: puedo aportar mi experiencia a los jóvenes”, explica Cols.

La investigadora ya ha dado charlas en el instituto que apadrina, el Francisco de Goya, y va a ayudar con prácticas y proyectos de investigación. Pero lo que más entusiasmó a los estudiantes fue la visita al centro de microscopía. El grupo contuvo la respiración al ver una división celular prácticamente en directo; soltó un “¡oh!” delante de la imagen digital de una célula en tres dimensiones; y se asombró ante la migración de células en un corte de cerebro en cultivo.

“En el libro lo ves todo plano y no te lo imaginas”, comentó una de las estudiantes, Ana. “El contacto con la realidad que proporciona una experiencia así es fantástico. Una alumna me dijo que era un privilegio poder acceder a este centro”, destacó Jordi Corbella, el profesor que los acompañaba. “Me gusta que no se corten, que estén más desinhibidos que nosotros a su edad y que hagan preguntas”, comentó Cols. Los investigadores del centro eran “muy majos”, observó Marina. “Piensan que los científicos son gente cerrada y aquí ven que son gente normal, pero que se pregunta el por qué de las cosas”, concluye Cols.