CRECIMIENTO DE UN ÁREA ESTRATÉGICA

Zona Franca busca socio

El Consorci explica a empresas chinas las ventajas de invertir en los 350.000 metros cuadrados que dejó libres Seat Cuatro compañías han mostrado interés por el proyecto de nuevas naves

Inauguración 8 Jordi Cornet inaugura la oficina del CZFB en Shenzen.

Inauguración 8 Jordi Cornet inaugura la oficina del CZFB en Shenzen.

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Se busca socio que aporte 170 millones de euros. La misión parece algo menos complicada en China y hasta ahí se ha dirigido el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB). Consiste en encontrar una compañía que afronte la mitad de lo que cuesta construir naves en los 350.000 metros cuadrados donde 10 años atrás se asentaba Seat.

Jordi Cornet, delegado especial del Estado en el CZFB, ha estado en Hangzhou, Shanghái Pekín vendiendo las bondades de la iniciativa a las compañías chinas, en actos ante una audiencia de 72 empresas o en reuniones bilaterales con otras cinco. De ese trajín ya han emergido cuatro compañías interesadas, que se mantienen en secreto para no arruinar las negociaciones. La discusión de las condiciones supone uno de los últimos actos de un proceso que empezó hace un año y que se cerrará, si todo va según el plan, con la elección del socio en el 2015.

La búsqueda de un socio chino no solo descansa en el poderío de sus compañías o su mercado de 1.300 millones de consumidores, sino en la capacidad de atracción que ejercería para el desembarco de otras firmas del gigante asiático en las instalaciones. «China tiene costumbres milenarias, cuesta que cojan confianza antes de que se agilicen las gestiones. Con un socio chino todo será más fácil porque, entre ellos, los negocios se cierran más rápido», señala Cornet.

El Consorci consiguió dos años atrás, en la visita del alcalde Xavier Trias, hacerse con la sede de patentes y marcas chinas para el sur de Europa. La ocupación de esos 350.000 metros cuadrados con compañías chinas apuntalaría a Barcelona como la puerta de entrada de los productos de la fábrica global, juzga Cornet, quien agrega que la iniciativa también traerá inversiones y trabajo a la ciudad y beneficiará a las compañías locales que exportan a China.

Cornet confía en que las ventajas de Barcelona (infraestructuras, acceso de mercancías hacia el norte de África, estabilidad…) se impongan a competidores que ofrecen más ventajas fiscales como Atenas o a la incertidumbre sobre la iniciativa soberanista que podría apear a Barcelona de la UE. Asegura que muchos socios le han preguntado por esa posibilidad. «El capital es muy cobarde y no quiere líos. Barcelona pasaría de ser la puerta de entrada a Europa a serlo de un mercado de siete millones. Sería una catástrofe», juzga.

El CZFB abrió ayer su primera oficina permanente china en la ciudad sureña de Shenzhen. Hace 30 años era una aldea de pescadores y hoy, con 14 millones de habitantes, es una de las grandes urbes asiáticas.