estrategias de crecimiento

El vino catalán busca rentabilidad en EEUU

Vides de Cavas Nadal.

Vides de Cavas Nadal. / periodico

EDUARDO LÓPEZ ALONSO / BARCELONA

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El futuro del sector vitivinícola pasa por las alianzas para la conquista de mercados. Hace tiempo que la producción tiene asegurada la venta y lo que buscan los productores de vino catalanes es lograr el máximo margen comercial por la vía de las exportaciones. Un total de 13 bodegas de la denominación de origen Montsant se desplazaron esta pasada semana a EEUU para ampliar su presencia comercial allí de la mano de Acció, la agencia pública de la Generalitat impulsora de la internacionalización de las empresas catalanas. Las exportaciones catalanas de vino, incluido el cava, alcanzaron los 587 millones de euros en el 2016, según cifras provisionales del Icex, algo menos que los 606 millones del año anterior, aunque los expertos prevén que la cifra se incrementará en los próximos años.  

El año 2016 cerró con 183 millones menos de litros de vino exportados a nivel mundial respecto al 2015, aunque la facturación aumentó en casi 530 millones de euros, al subir el precio medio, según el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV). España dejó de exportar en torno a 200 millones de litros, sobre todo a granel, siendo el principal protagonista de la caída global aunque se mantuvo como primer vendedor en este aspecto de forma destacada con 2.236 millones de litros anuales. 

En la actualidad, el valor medio de los vinos comercializados en España se sitúa en 1,06 euros/litro, una tercera parte del valor del vino francés o la mitad del valor obtenido por la competencia italiana. En el caso de los productos envasados, esa media llegó a 2,20 euros por litro el pasado año. La venta a al menos 25 o 30 euros la botella es el objetivo de cualquier marca prestigiosa catalana o del resto de España en el extranjero. En opinión de Rafael del Rey, experto del OEMV, la exportación es fundamental para el sector y la clave del futuro pasa por encontrar el equilibrio entre la producción y la capacidad de venta: "El valor está en más envasados con marca, más cantidad de vinos premium". 

INTERNACIONALIZACIÓN Y TURISMO

"Si en el 2010 las bodegas catalanas exportaban 511 millones de euros, en el 2016 alcanzaron los 587 millones. Por denominaciones de origen, por ejemplo el 77% de la producción de la DO Terra Alta se destinó a exportaciones, porcentaje que se situó en el 48% en el caso de la DO Priorat y en el 45% en la DO Alella. Hay una tendencia creciente que se explica, principalmente, por esta apuesta de las bodegas catalanas por la internacionalización, pero que también se ha reforzado por el turismo. Cada vez más personas visitan en nuestro país, conocen mejor Catalunya y, por tanto, los vinos catalanes. Y al final, quieren consumir en su país de origen lo que han probado aquí", explica Cristina Serradell, gerente de estrategia internacional de Acció. 

Uno de los factores que invita al optimismo es el aumento de las ventas de vino en países como EEUU, Australia, Canadá, Rusia y Brasil, especialmente en segmentos de consumo esporádico vinculado a ocasiones especiales, por lo que los precios tienden a subir. Estados Unidos es el principal cliente para el vino envasado español en valor y Alemania lo es en volumen, según los últimos datos de OEMV.  

ESFUERZOS EXPORTADORES

Se calcula que, desde el 2010, en torno a 5.000 profesionales estadounidenses de la restauración han probado los vinos catalanes, clasificación que agrupa un universo complejo y diversificado de productos que aspiran a pesar de todo a consolidar una imagen común para fomentar su expansión. Un ejemplo del balance hasta ahora es que un 72% de las bodegas que han promocionado sus vinos a través del programa impulsado desde la Oficina Exterior de Comercio y de Inversiones de Miami de la Generalitat han conseguido cerrar acuerdos de distribución. La agenda de promoción prevé ahora actos en Nueva York en mayo, en Seattle en otoño, y en Houston y Chicago el próximo año. Y es que EEUU es el primer importador mundial de vinos. Por ejemplo, la denominación Montsant exporta el 40% de su producción, y la presidenta de la denominación Pilar Justo, calcula que se han exportado solo a EEUU un promedio de 700.000 botellas anuales en el periodo 2012-2016.

Pero los productos catalanes tienen un peso muy pequeño en el mercado estadounidense. Según datos del ICEX, los vinos españoles suponen poco más del 6% de las importaciones de vino en EEUU, en torno a 340 millones de dólares en el 2015, según el último informe publicado.  

OFERTA MÚLTIPLE

La batalla comercial exterior tiene tintes épicos y perspectivas de rentabilidad deslumbrantes que merecen esfuerzos. Pero la atomización de la producción catalana es una dificultad añadida a la hora de ofrecer una imagen cohesionada de los productos. Se calcula que en Catalunya hay un millar de bodegas agrupadas en 11 denominaciones de origen. Existen además marcas reconocidas que prescinden del estricto paraguas de la denominación de origen. Para abonar esta complejidad baste el ejemplo de la última guía de los vinos de Catalunya de Jordi Alcover y Sílvia Naranjo, en la que han realizado un total de 1.400 catas a ciegas en un año, una parte solo de lo existente. Estos profesionales han catado más 13.000 vinos en ocho años. Alcover define el vino catalán no como el producido en Catalunya, sino el "hecho con variedades tradicionales catalanas", las existentes "antes de la filoxera". Es la reivindicación del independentismo vinícola a la conquista del mercado.

MÚLTIPLES VARIEDADES

Pero los impulsos de cohesión chocan con el hecho de que en Catalunya existen al menos 27 variedades de uva. Las consideradas autóctonas, las que crecen de manera natural en el territorio, son entre las variedades blancas principalmente macabeo, xarel·lo y parellada. En cuanto a las variedades tintas podemos encontrar trepat, picapoll o sumoll. Además de las variedades autóctonas, están las consideradas tradicionales, que son la garnacha, malvasía, 'monastrell', 'samsó' y 'ull de llebre', principalmente. La garnacha es una de las que está más de moda en EEUU, por ejemplo. "La historia de Catalunya y la de la cultura del vino están fusionadas y esto es lo que debemos tratar de transmitir a cada consumidor que queremos que pruebe nuestros vinos. Catalunya dispone de un gran número de variedades de uva únicas y autóctonas que no se encuentran en otros países, lo que todavía acentúa más el marcado carácter de cada vino", explica Gabriel Rius, responsable de exportaciones de Cavas Nadal, una de las firmas que han puesto sus ojos en el mercado de EEUU. Nadal prevé crecer en exportación alrededor de un 10% anual durante los próximos tres años enfocado en segmentos de consumo alto y medio-alto.

ALIANZA EXPORTADORA

La batalla de los vinos catalanes por los mercados exteriores es común a la estrategia general de los caldos a nivel español, que también detectan en los mercados exteriores la piedra filosofal para ganar calidad, prestigio y poder elevar el precio unitario de venta (en el caso de las grandes marcas sin tantas restricciones varietales). Bodegas de facturación relevante como el grupo Codorníu Raventós, La Rioja Alta, , Bodegas Torres, Bodegas Barbadillo, Martín Códax y Bodegas Roda, junto a dos empresas de la industria auxiliar (Francisco Oller y Lallemand Bio) y 10 centros de investigación han unido sus fuerzas en un proyecto de I+D denominado Vinysost, que pretende mejorar la calidad de los vinos españoles en un mercado cada vez más competitivo y globalizado. "Atrás quedaron los años en los que las bodegas hacían la guerra cada una por su cuenta. Los retos a los que se enfrenta el sector del vino en la actualidad requieren trabajo en equipo y buscar soluciones conjuntas que nos permitan desarrollar tecnologías que mejoren la valoración de nuestros vinos en el mercado exterior", aseguran los responsables de proyecto, que cuenta con un presupuesto de 7,5 millones de euros y está cofinanciado por la Unión Europea y el CDTI con fondos Feder.

CHINA, EL PRÓXIMO RETO

En el punto de mira también está China, por ejemplo, por su gran número de clientes potenciales de alto poder adquisitivo y un crecimiento anual próximo al 24%, según el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV). España es el cuarto mayor exportador de vino a China, tras Francia, Australia y Chile. El vino español ha duplicado el valor de sus exportaciones al mercado chino entre 2011 y 2016, de 70,8 millones de euros a 142,5 millones, según datos del Icex. Actualmente, por ejemplo, un total de 160 bodegas de la denominación Rioja exportan a China, casi veinte más que hace dos años. Ante las dificultades propias del mercado norteamericano para adaptarse a sus exigencias de distribución de vino, el gigante asiático ofrece perspectivas de crecimiento insospechadas.