JENARO GARCÍA

El vendedor de humo financiero inalámbrico

Un emprendedor que captó la onda de las nuevas tecnologías para hacerse creíble en el 'todo Madrid'

El vendedor de humo financiero inalámbrico_MEDIA_1

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JOSEP-MARIA URETA
BARCELONA

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Lo que más molesta a las empresas que en 1999 crearon Wi-Fi, un sistema compatible de transmisión de datos a compartir por todas las marcas que ofrecían servicios similares, es que  se diga que el nombre que adoptaron equivalga a wireless fidelity, algo así como alta fidelidad inalámbrica. Lo suyo era innovación, no un apaño.

De los equívocos han salido grandes compañías. También debió de pensarlo Jenaro García (Madrid, barrio de La Latina -lo destaca siempre-, 1968) cuando en 1998 fundó Iber-X, germen de Wi-Fi. Es lo que consta en su biografía oficial, sometida a la misma criba que la fantasmagórica Ghotam City, de Estados Unidos, practicó a sus cuentas, depositadas ante las autoridades públicas.

Si hay que hacer caso de lo que ha contado hasta ahora Jenaro García a los medios, cuando todo se trataba de ser conocido y reconocido entre los poderes públicos y los medios financieros poco exigentes (prensa, por supuesto, incluida) padeció un serio revés cuando sus padres y un hermano fallecieron en accidente de coche.

Estudió (sin licenciarse) Derecho en la Complutense y cursó un máster en gestión de empresas, enseñanzas que aplicó a la importación de coches. Luego amplió estudios en Estados Unidos (sin concretar) para especializarse en gestión financiera. Hoy se comprueba que por gestión entendía especular con chicharros (acciones muy rentables de empresas que se suponen innovadoras, sin que se investigue).

En las múltiples entrevistas concedidas con motivo de la salida de Gowex a bolsa en el 2010, García se espabiló para explicar que coincidió en las aulas con Felipe de Borbón. Por las fechas de nacimiento de ambos, coincide. Lo suficiente para que en los múltiples reportajes que se hicieron en la prensa madrileña buscando a «la generación del nuevo Rey», uno de los más entrevistados fuese Jenaro García. Con el mismo desparpajo que aplicaba a sus cuentas de empresa -aceptadas por todos los reguladores, salvo por los husmeadores de Gotham City, la empresa analista que sabe detectar en todo el mundo las empresas fantasma en beneficio de especuladores muy iniciados- García se permitió dar consejos a los de la generación compartida y querían ser emprendedores: nada de padrinos. Pero al revés de Wi-Fi, estamos ante un apaño financiero, nada nuevo.

Sin remontar a tiempos remotos: el 3 de marzo pasado, en un acto solemne en el Guggenheim de Bilbao, Mariano Rajoy entregó a García uno de los premios Startex por su empresa emprendedora y de proyección internacional. Más cerca: la semana pasada, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, visitó las instalaciones de Gowex, por ser promotora de que la ciudad tenga conexión wifi.

Agradecidos a esa red inalámbrica son, desde ayer, todos los que galardonaron a García los últimos años. Los mismos que suspirarán por que se imponga a Google el derecho al olvido... de sus pifias con García. Los jueces tendrán que salvar  esos enlaces.