«Vale la pena pagar por lo bueno»

«¿No sería mejor comprar?» El consejo lo aportaban los padres de Jordi, pareja de Mariona Viñals. Pero los dos jóvenes tenían claro que no. Que tal y como están los tiempos y con la juventud de ambos, el alquiler era la opción menos agobiante y con carta de libertad. Así que se lanzaron en noviembre a la aventura de hallar una buena vivienda en Barcelona. «No teníamos ningunas ganas de meternos en una hipoteca», sentencia. Mariona es enfermera en el Oncològic de Bellvitge y dejó su Vilafranca del Penedès natal para acercarse a su trabajo.

¿En qué barrio? Primero buscaron en el Eixample. Por suerte, gracias a los portales inmobiliarios, el cásting era on line. Se ahorraban visitar los feos pisos ofertados a más de 700 euros, con reformas por hacer o apenas sin luz, explica.

A sus 23 años, tuvo claro que «vale la pena pagar algo más por lo que es bueno». Por eso, se enamoraron del segundo piso que pisaron, en Hostafrancs, en el distrito de Sants-Montjuïc. Una vivienda de obra nueva, administrada por Basmi Finques, donde 62 metros cuadrados se distribuyen en un gran salón y una amplia habitación. Mucha luz, ascensor, calefacción, aire acondicionado, parquet, electrodomésticos... bien valían los 775 euros.

El camino al contrato no es ahora tan difícil como en la era de la burbuja y los alquileres disparados. Fianza de un mes y otro para la agencia. Y la ilusión, todavía metida en cajas, de ir armando un hogar que será temporal.  P. C.