INNOVACIÓN

Universal Robots duplicará la plantilla en Barcelona para expandir sus robots colaborativos

La empresa fabrica brazos robóticos colaborativos destinados a las pymes

Jürgen von Hollen, consejero delegado de Universal Robots, en Barcelona.

Jürgen von Hollen, consejero delegado de Universal Robots, en Barcelona. / periodico

JOSEP M. BERENGUERAS / BARCELONA

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Poco a poco los robots comienzan a hacerse un hueco en las grandes compañías. Pero también hay pequeñas medianas empresas que están incorporando robots, no tanto para sustituir empleos sino para ayudar en ciertas tareas. Es a estas pymes a las que se enfoca Universal Robots, una empresa danesa fabricante de brazos robóticos colaborativos que eligió Barcelona para instalar su oficina de ventas y formación para el sur de Europa. Es un sector tan al alza que la empresa duplicará plantilla en Catalunya este año.

Universal Robots fue fundada en el 2005, y desde sus inicios se focalizó en el segmento de las pymes. “Tenemos clientes de todo tipo. Desde empresas de un solo trabajador a grandes corporaciones”, explica Jürgen von Hollen, consejero delegado de la compañía. Sus productos son brazos robóticos muy fáciles de programar y usar (tienen tres modelos en el mercado), cuyo función es “ayudar a otros trabajadores”, y ya han fabricado más de 12.000 unidades. El año pasado la firma incrementó los ingresos el 62%, hasta los 90 millones de euros, con 12 millones de euros de beneficio.

La empresa aterrizó en Barcelona hace ahora dos años para expandir sus operaciones en el sur de Europa. Fabrican los robots en Dinamarca, en una planta que pronto se les quedará pequeña. “Somos 300 empleados, tras duplicar el año pasado la plantilla. Pronto tendremos que tomar una decisión sobre la fábrica”, explica. Son capaces de servir pedidos en “solo dos semanas”, y su secreto, explica Von Hollen, es “todo lo que hay detrás del robot”.

“Creemos que todas las empresas deberían poder acceder a un robot. Por eso proponemos un sistema de pago único, con cursos gratuitos para usar el robot. Y, además, ofrecemos un producto muy flexible, muy fácil de programar”, agrega Von Hollen. Sus brazos robóticos cuestan entre 19.000 y 30.000 euros, pero tienen la ventaja de que su uso es muy simple y que han creado una “plataforma tecnológica” en internet donde los desarrolladores (más de 1.000 en todo el mundo) pueden crear sus aplicaciones, una especie de ‘app store’ que facilita nuevos usos para los brazos robóticos.

“Nosotros fabricamos 'cobots', es decir, robots colaborativos. Nuestros productos no son para sustituir a nadie, sino para ayudar a realizar ciertas tareas y mejorar la salud de los empleados”, señala. “Defendemos que no tiene lógica que los robots paguen impuestos”, agrega.

“Elegimos Barcelona por el nivel técnico, las infraestructuras y porque se puede servir desde aquí también al norte de África y Oriente Próximo”, señala Von Hollen. Tiene 12 empleados en la oficina (donde también se imparte la formación sobre el uso de los robots), y esperan crecer este año “al ritmo del mercado”, es decir, duplicar la plantilla.