Análisis

Trío de financieros

En los organigramas de la gran banca española no prevalece la separación de poderes entre presidente y consejero delegado

OLGA GRAU

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Las presidencias de la gran banca española son absolutamente ejecutivas y en los organigramas no prevalece la separación de poderes entre presidente y consejero delegado. La forma como se producen los relevos en las cúpulas de los tres grandes bancos lo corroboran y muestran una apuesta marcada por perfiles más financieros al gusto de los mercados para las segundas posiciones.

El presidente del BBVA Francisco González sustituyó a José Ignacio Goirigolzarri en el 2009 por Ángel Cano, un ejecutivo de perfil financiero. El presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, cambió hace unos meses a Juan María Nin como consejero delegado por Gonzalo Gortázar, director financiero del banco. Y ahora, Ana Botín acaba de situar a su también director financiero, José Antonio Alvárez, como su número dos, en sustitución de Javier Marín.

La decisión de la presidenta del Santander, una de las mujeres más poderosas del mundo al frente del primer banco europeo, se basa en tres claves. La primera es que ha llegado al cargo para mandar y quiere un banco a su medida, no a la de su padre Emilio Botín. La segunda, que para ello ha optado por directivos de su confianza, pero de la órbita del anterior consejero delegado, Alfredo Sáenz, como son José Antonio Alvárez y José García Cantera, que pasa a ser el director financiero de la entidad. Ana Botín considera que ella aporta un perfil más comercial e internacional y prefiere a un segundo con un conocimiento profundo de la estructura y de las finanzas.

Por último, los que la conocen advierten de que estos cambios no son los últimos y que ya piensa en atraer talento internacional como el que la ayudó a completar con éxito su etapa al frente del Santander UK. El objetivo: mantener el banco en el podio. Todo menos fácil.