La tradición frutícola que triunfa de etiqueta

El diseño de marca de Fruita Blanch de Lleida dispara sus ventas de mermeladas y conservas

DISEÑO Y CALIDAD. Rosa Muñoz y Joan Blanch muestran dos de los productos de fruta dulce que comercializan, en Lleida.

DISEÑO Y CALIDAD. Rosa Muñoz y Joan Blanch muestran dos de los productos de fruta dulce que comercializan, en Lleida.

CARME ESCALES / BARCELONA

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Innovadoras técnicas de cultivo son, en gran parte, responsables de que ter ceras generaciones de agricultores, como Joan Blanch (Lleida, 1970) y su pareja Rosa Muñoz (Lleida, 1971) tomen el relevo familiar de cosechas de peras, manzanas y nectarinas en la huerta de Lleida. Desde la firma Fruita Blanch, estos socios y productores mueven cada año 800.000 kilos de fruta dulce que básicamente venden al por mayor a escala estatal. En época de campaña de recolecta emplean a unas 10 personas, pero el resto del año, gestionan el negocio como dos socios autónomos.

En el 2010 la pareja decidió elaborar conservas. «Recuperando las recetas de nuestros padres y abuelos, abriendo un pequeño obrador en la misma explotación», señala Joan Blanch. Crearon Melmelades i conserves Blanch SL, con una inversión de 12.000 euros. Mermeladas, fruta en almíbar y conservas de verduras (cebolla caramelizada, sanfaina…), «lo que todo payés elaboraría para autoconsumo» -apunta Blanch- lo empezaron a vender sin comerciales de por medio. «Las distribuimos nosotros directamente en tiendas especializadas, sin límites de cantidad, y los clientes empezaron a salir solos», explica Rosa Muñoz. Y Joan Blanch añade un momento clave cuando hacía ya dos años que estaban  presentes en el mercado: «Mi hermano, que es socio del estudio de diseño Atipus, me propuso dedicar una inversión al diseño de nuestra marca y la imagen corporativa de Fruita Blanch».

Apostaron por el diseño para vestir con una buena imagen el producto, y posicionarlo mejor en el mercado y presentaron a diversos certámenes el trabajo creativo realizado en el estudio. Ganaron el premio Anuaria de diseño y tres premios Laus a la mejor identidad corporativa; mejor packaging, y mejor tipografía. «La tipografía fue creada expresamente para nuestra marca y lleva su nombre, Blanch Caps, la patentamos y la hicimos descargable gratuitamente», comenta. La plataforma digital especializada en diseño The Dieline la posicionó en el puesto 38º entre las 100 mejores del mundo. Y marcas como Kellogg's y Central Lechera Asturiana la usan.

«El prestigio de los premios a nuestro diseño nos trajo muchísimas visitas a la web (www.fruitablanch.com) y cada semana ganábamos dos o tres nuevos clientes. Ahora estamos en unas 400 tiendas -la mayoría en Barcelona y su área metropolitana-, sin intermediarios», declara Blanch.

La inversión en diseño captó el 50% aproximado del presupuesto total de la línea transformadora. «Nos lo hacemos todo nosotros dos, y no tenemos gastos fijos», dice Rosa Muñoz. «Apenas empleamos el 10% de nuestra producción de fruta y verdura para elaborar las mermeladas y conservas, y en cambio, su venta nos aporta el 50% de nuestra facturación total (200.000 euros)». Producen 40.000 unidades con las que facturan 100.000 euros anuales.

La pareja ha invertido unos 25.000 euros en la apertura de Secrets de Ponent, una tienda de productos de proximidad, de unos 60 productores artesanos, en Lleida.