Todos los países ricos del mundo exportan

El nivel de desarrollo de un país se mide (en economía) por el producto interior bruto (PIB) per cápita, que viene a ser como el salario que cada ciudadano gana en promedio. En España es de 22.700 euros por año (datos de Eurostat del 2012). Los países más ricos, o mejor, los que más ganan son: Dinamarca (43.700), Suecia (42.900), Holanda (35.000), Bélgica (34.000), Alemania (32.300), Francia (31.100), Reino Unido (30.100).

Resulta que los países más ricos son precisamente los que más exportan. El porcentaje de exportaciones sobre PIB en los países anteriores es el siguiente: Dinamarca (54%), Suecia (49%), Holanda (87%), Bélgica (85%), Alemania (52%), le siguen ya a distancia Francia (28%) y Reino Unido (32%). Y resulta también que los más pobres, son los que menos exportan: en España las exportaciones apenas representan el 23% del PIB, a pesar de haber subido cinco puntos en los últimos cinco años. En Grecia, son solo el 15%.

Esto tiene toda la lógica del mundo. Para que el PIB de un país sea grande, las empresas del país necesitan vender mucho. De hecho podríamos decir que el PIB es la suma de todo lo que venden las empresas, sea dentro o fuera el propio país. Cuando el país es pequeño en número de habitantes, no es posible vender mucho, ya que son pocos los consumidores. Por tanto resulta absolutamente necesario salir fuera a vender lo que no consigues vender dentro. Esto es lo que ocurre de modo más remarcado en países como Holanda o Bélgica. Si las empresas de Holanda se conformaran con vender lo que venden en su pueblo, el nivel de ventas sería muchísimo más bajo y por tanto también el PIB y por ende la renta per cápita. O en otras palabras, si vives en un país relativamente pequeño y aspiras a tener un nivel de vida alto (un alto PIB per cápita) no tienes más remedio que salir fuera, ya que el mercado interior no da de sí.

Esto es exactamente lo que ocurre en España. En población, no somos tan pequeños como Holanda, pero tampoco somos lo suficientemente grandes para que, con las ventas generadas en España, las empresas de aquí puedan dar trabajo a todos los españoles y con el nivel salarial que aspiramos. Por tanto no hay más remedio que salir fuera y vender.

A la misma conclusión se puede llegar desde la macroeconomía: el consumo interior (lo que todos compramos aquí) no va a crecer mucho. Por tanto tampoco el empresario necesitará invertir más, ya que sus ventas no aumentan; el gasto público tampoco va a subir, más bien al contrario. Como consecuencia, la demanda interna no subirá o subirá poco. No queda más remedio que aumentar la demanda externa, lo que los de fuera nos compran.

Una empresa solo puede emplear a mucha gente y pagarles mucho, si vende mucho, y para eso tiene que vender fuera de su país. Pues lo mismo le pasa al país entero, o a sus empresas, si quieren pagar bastante y emplear a muchos, tienen que vender fuera.