El renacer de una instalación

La T-2 de El Prat es el quinto aeropuerto en usuarios de España

JOSEP M. BERENGUERAS
BARCELONA

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«La T-2 es un desierto...», «Estava vacía...», «No hay casi vuelos...» «Desde que se abrió la T-1, está muerta...». Todas estas afirmaciones suelen producirse cuando los ciudadanos (acostumbrados a tomar aviones) hablan del aeropuerto de Barcelona-El Prat. Sin embargo, los números (y la experiencia de los que la han usado recientemente) demuestran lo contrario: la T-2 está muy viva, tanto, que por sí sola es el quinto aeropuerto de toda la red española de AENA.

Por la T-2 del aeropuerto de El Prat llegaron a pasar 32,8 millones  de viajeros en el 2007, justo antes de la crisis y dos años antes de que se inaugurara la T-1. La construcción de la nueva terminal era urgente, y su apertura hizo caer en picado los usuarios de la infraestructura antigua: en el 2009, por la T-2 pasaron solo cinco millones de pasajeros.

RECUPERACIÓN / Sin embargo, a partir de entonces la antigua terminal fue recuperando peso: en el 2010 tuvo 6,5 millones de usuarios; en el 2011, 10,3 millones, en el 2010, 12,1 millones; y el año pasado, 11,2 millones. Por el conjunto del aeropuerto de El Prat pasaron el año pasado 35,2 millones de pasajeros, por lo que uno de cada tres viajeros que salió o llegó a Barcelona utilizó la Terminal 2.

En comparación con el resto de aeropuertos, la T-2 sola se situaría en quinta posición en el ranking español, por detrás de Madrid (39,7 millones), Barcelona, Palma de Mallorca (22,8 millones) y Málaga (12,9 millones), pero por encima de otras instalaciones como Gran Canaria (9,8 millones), Alicante (9,6 millones) y Tenerife Sur (8,7 millones).

El éxito de la instalación tiene mucho que ver con las compañías que han instalado allí su base, principalmente las low cost. Mientras que en la T-1 operan la líder (Vueling) y muchas aerolíneas de bandera (British Airways, Air France...), las principales compañías de la T-2 -en total hay 50 firmas operando- son Ryanair (4,3 millones de pasajeros en el 2013), Easyjet (2,9 millones), Norwegian (610.000) y Wizz Air (440.000).

Sin embargo que algunas aerolíneas sean low cost no significa que sea solo una terminal de vuelos de bajo coste o que no haya vuelos de medio y largo radio, sino todo lo contrario. Por ejemplo, la T-2 es donde Norwegian instalará su base, con vuelos a Sandefjord Torp (Noruega), Varsovia (Polonia), Berlín y Hamburgo (Alemania). Además, esta firma anunció que abrirá rutas de largo recorrido desde la instalación a partir del 2016. Otras compañías de largo radio que usan la infraestructura son Air Transat (Toronto y Montreal) y Pakistan Airlines (Lahore). También hay muchos vuelos con destino a la Federación Rusa o Marruecos.

MÁS SERVICIOS / El incremento de la actividad ha obligado a AENA a replantear la oferta comercial y el orden de la instalación. Así, se ha resituado el filtro de seguridad y ampliado su capacidad, y la terminal internacional no Schengen también ha ganado espacio. Sin embargo, donde más cambios está habiendo es en la zona comercial.

El gestor aeroportuario está remodelando por fases la oferta para «adaptarla al perfil del pasajero». Por ejemplo, una de las demandas más habituales era que no había un burguer: finalmente, Burger King ha abierto en la terminal. Otras marcas se han sumado a la oferta, como Desigual o Mango, así como una tienda pasante Duty Free y, pronto, una de artículos de lujo. Actualmente tiene ya 13 restaurantes y 19 tiendas. Cuando concluyan los trabajos (cinco tiendas más), la instalación contará con 9.000 metros cuadrados de oferta, el 75% más que en 2011.