Análisis

Sumergidos

JOSÉ CARLOS DÍEZ

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Las previsiones de la Comisión Europea son la confirmación del fracaso de la política económica en el viejo continente. Mientras el resto del mundo ve cómo se revisan al alza sus previsiones de crecimiento, los europeos somos los únicos en recesión, con el desempleo subiendo y con revisiones a la baja de nuestro crecimiento. El problema es que, como en las películas de los hermanos Marx, la receta es «dos huevos duros más».

El comisario Olli Rehn exige seguir con el ajuste fiscal. En la guerra de divisas, el Banco Central Europeo siempre es el último en disparar. Y a pesar de la mejora en los mercados de crédito, las cifras de crédito a empresas y familias siguen cayendo, y las encuestas indican que la restricción se intensifica. España es la segunda en el escalafón de estrangulamiento de crédito a pymes después de Grecia.

Las previsiones también confirman el fracaso de los rescates de la troika. Las deudas públicas de los países rescatados han crecido más de diez puntos de PIB en el último año. Portugal, el alumno aventajado de la austeridad, ha visto cómo su déficit aumentaba en el 2012. Ha quitado una paga extra a funcionarios y pensionistas y ha subido los impuestos. ¿Qué ha pasado? Que su economía ha entrado en depresión, han destruido un 4% de empleo y sus ingresos públicos se han desplomado.

En España, tras la versión de Mariano Rajoy en el país de las maravillas del debate del estado de la nación, la Comisión nos ha dado una ducha escocesa. Su previsión de PIB para el 2013 es un punto inferior a la del Gobierno y la de la tasa de paro es tres puntos superior. Nuestra deuda pública aumentó en 150.000 millones en el 2012 y superará el 100% del PIB en el 2014. La Comisión suele quedarse corta, por lo que todo es susceptible de empeorar.

Más preocupante son sus perspectivas fiscales. Es increíble que 48 horas después del debate del Congreso, haya sido la Comisión Europea desde Bruselas la que informe a los contribuyentes españoles que nuestro déficit público ha superado el 10% del PIB y que más de 30.000 millones de ayudas a la banca son a fondo perdido. Tras varias subidas de impuestos y recortes masivos de prestaciones, ¿merecemos los contribuyentes esta falta de consideración?

Según la Comisión Europea y en ausencia de nuevos ajustes, el déficit público en el 2013 estará próximo al 7%. En Bruselas serán más flexibles con el objetivo, pero exigirán más medidas de ajuste este verano. Esto significa que la caída del PIB y del empleo será superior a la que dice la Comisión. Pero es que para el 2014 también esperan un 7% de déficit.

El presidente ha sacado la cabeza del agua en el debate, pero solo para coger oxígeno y volver a sumergirse. El resto de los ciudadanos seguimos en el fondo de la depresión esperándole, y cada día hay más ira y menos miedo.