Especialistas en control y flexibilidad

El tiempo de trabajo ha sido, desde el inicio de la industrialización, un asunto espinoso, tanto por la duración de la jornada laboral como por su control. Los límites a la jornada diaria y semanal dieron pie a la instalación de sistemas de marcaje en la entrada y la salida de los empleados que se han ido sofisticando y actualizando hasta integrarse en una 'app' para teléfonos móviles. 

La compañía catalana Robotics es uno de los especialistas en un negocio al alza desde hace unos años debido a que cada vez más compañías se interesan por mejorar su productividad modernizando sus viejos relojes de fichaje horario. Además, el interés por los sistemas de control de jornada ha aumentado hace unos meses por el reciente mandato de la Audiencia Nacional ejecutado por la inspección con una campaña, de que todas las empresas, incluidas las pymes, cuenten con esos dispositivos.

MEJORA DE LA PRODUCTIVIDAD

Las soluciones más avanzadas que ofrece Robotics huyen del control presencial que tanto han criticado las patronales al considerar que añade burocracia en la gestión empresarial. Desde un 'smartphone', los empleados pueden fichar al inicio y al final de su jornada de trabajo, permitir que el sistema lo geolocalice, enviar comprobantes como partes de baja e incluso fotos para demostrar que el trabajador está al pie del cañón a la hora indicada. 

"Los sistemas actuales permiten mucha más flexibilidad en el tiempo de trabajo manteniendo el control, lo que repercute en una mejora clara de la productividad del orden del 19% a corto plazo", asegura David Arderiu, consejero delegado de Robotics. Arderiu rebate las críticas de las patronales de que la obligación de tener sistemas de control de jornada burocratiza las empresas y fomenta el "presentismo" de los trabajadores al considerar que "demuestran un desconocimiento total de las soluciones de gestión del tiempo que existen desde hace 15 años".  

AUMENTO DE FACTURACIÓN

A su juicio, la ausencia de sistemas modernos de control horario sí que acaba aumentando el "presentismo" de los trabajadores porque "está mal visto salir antes de la hora de finalización de jornada". 

La empresa creada en 1983 en Sabadell por Pere Arderiu, padre del actual consejero delegado, arrancó con una estructura reducida que se mantuvo con unos 8 empleados hasta el 2000, cuando empezó a crecer hasta llegar a la plantilla actual de 47 personas entre los que abundan los consultores en recursos humanos que ofrecen soluciones a medida de cada empresa. La facturación de la firma ha ido creciendo desde 1,8 millones de euros en el 2014 a 2,5 millones en el 2015 y a una previsión de cerrar el 2016 con 3,5.