Sistema tributario

El sistema fiscal recauda 80.000 millones menos de los que debería

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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Alrededor de 80.000 millones de euros al año por debajo de su capacidad de recaudación. A pesar de tener unos tipos tributarios iguales e incluso superiores que la media de la Unión Europea (UE), España ingresa el equivalente a unos ocho puntos menos del producto interior bruto (PIB) que esos países. Eso le sitúa por debajo incluso de Portugal y Grecia.

Son unos recursos que equivalen a casi toda la suma que el Estado espera ingresar este año en impuestos indirectos (IVA e impuestos especiales) y que se escapan del sistema, unas veces como las fugas de agua por las cañerías (ventajas fiscales y deducciones legales especialmente en el impuesto de sociedades) y otras porque el líquido no llega ni a entrar en las instalaciones (fraude).

Un buen ejemplo de ventajas tributarias son las 922 mayores empresas que en el 2011 acapararon la mayoría de la rebaja de la base del impuesto de sociedades y que solo suponen el 0,16% de todas las compañías que tributan por ese gravamen, según los técnicos de Hacienda agrupados en Gestha. Son unos 8.000 millones que no entran en las arcas públicas gracias a la optimización fiscal.

La ineficiencia del sistema tributario español la admite la comisión de expertos para la reforma fiscal creada por Hacienda. «La presión fiscal española alcanzó el 31,4% del PIB, más de cuatro puntos porcentuales por debajo de la media europea (más de siete por debajo de la media ponderada de la UE)». Pese a las alzas fiscales del 2012, y el aumento de la presión fiscal al 32,4%, estas diferencias se redujeron, pero no se eliminaron, afirman.

IRPF HASTA EL 56% / Todo ello se produce a pesar de que los tipos de algunos impuestos, como el IRPF, llegan al 52% (en Catalunya llega al 56%, uno de los niveles más altos del mundo). Además del fraude también existe una vertiente de importancia formada por las distintas deducciones y desgravaciones que hacen que, especialmente en el impuesto de sociedades, el resultado contable se aleje mucho del sometido a gravamen.

Según el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) una de las consecuencias del sistema es que «los tipos nominales son mucho mayores que los efectivos, especialmente en el impuesto de sociedades». De hecho, «el tipo nominal, que es del 30%, nada tiene que ver con el efectivo: en el 2011 el tipo efectivo sobre el resultado contable positivo, en empresas que no tributan en régimen de grupos fue del 16,7%, y para los grupos fiscales fue del 8,8%». Esto se debe, agregan, a ajustes en el resultado contable, a la aplicación de deducciones y bonificaciones y a la existencia de tipos especiales, «cuyo resultado es un tributo poco transparente».

El REAF, aunque sitúa la fuga de recaudación en torno a 60.000 millones en vez de 80.000, constata que «nuestra economía sumergida, como poco, está 4,5 puntos por encima de la media de la UE». Según las estimaciones de este colectivo, con solo situarse en la media comunitaria, se obtendrían más de 15.000 millones adicionales de ingresos. Gestha la sitúa en el 24,6% del PIB.

El informe de la comisión de expertos para la reforma fiscal considera que el origen del fraude o la elusión fiscal se encuentra en «procedimientos objetivos de estimación de las bases impositivas bien lejanos de los valores efectivos de las magnitudes económicas en que se fundamentan los tributos». Por eso propone suprimir el cálculo de rendimientos por módulos. A su entender, responder a la evasión tributaria con subidas de tipos nominales genera reacciones contrarias y acrecienta el fraude.

Por otro lado, los distintos análisis realizados demuestran que en España el peso de las cotizaciones sociales «es muy elevado» con respecto al conjunto de los ingresos fiscales y, a diferencia de los impuestos directos (IRPF y sociedades) y los indirectos (IVA y especiales), «está al mismo nivel que en los países de nuestro entorno en porcentaje sobre el PIB», destaca el

REAF. En esencia, la presión fiscal en España está por debajo de la media europea, tanto en la imposición directa -especialmente por el impuesto de sociedades- como en la indirecta, pero en cambio, en lo que respecta a cotizaciones sociales se encuentra por encima, según todos los estudios que se han hecho al respecto.