Sindicatos y patronal negocian las primeras subidas salariales

Fectorare es? Quam lis es bonervit aus vit.

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MERCEDES JANSA / MADRID

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El diálogo social para un nuevo acuerdo para el empleo y la negociación colectiva ya ha comenzado y en el horizonte se ha fijado la idea de poner fin al ajuste salarial. CCOO, UGT y CEOE se han sentado en la mesa con la idea de que a partir del 2015 los convenios colectivos deberán reflejar el fin de la recesión y recoger incrementos en las retribuciones. Estas se pactarían en cada uno de los sectores en función de la recuperación de la actividad.

Tras la reunión en La Moncloa del pasado 29 de julio, en el que se detalló un plan de actuaciones para el empleo, la protección social y la formación, este mes de septiembre se han reanudado los contactos de forma bilateral. Por una parte, Gobierno y sindicatos mayoritarios mantienen un tira y afloja sobre la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), la ampliación de las prestaciones por desempleo a los parados de larga duración y la formación profesional dual, entre otras cuestiones. De otra parte, los representantes sindicales y empresariales se disponen a acordar la recuperación del poder adquisitivo perdido.

LAS ÚLTIMA SUBIDAS / El antecedente es el acuerdo por el empleo y la negociación colectiva que se firmó en febrero del 2012, pocos meses después de llegar Mariano Rajoy al poder, que abrió la puerta a la flexibilidad interna, estableció unos topes a los aumentos salariales del 0,5% en el 2012, el 0,6% en el 2013 y otro porcentaje similar para el 2014 si el incremento del PIB era inferior al 1%.

Para el nuevo acuerdo los sindicatos están dispuestos a renunciar a fijar un porcentaje concreto de incremento como gesto de buena voluntad hacia la patronal, que es más partidaria de que cada sector decida el margen que tiene de subidas.

En todo caso, el debate que se ha planteado en la mesa de negociación es con el acuerdo tácito de que el crecimiento de los salarios debe ser acorde con la productividad. Los sindicatos esperan, además, que haya un compromiso de los empresarios para crear empleo estable y poner fin al incremento de trabajo temporal en el que se está basando las escasa creación de empleo de los últimos meses.

Hace unos días Juan Rosell, presidente de la CEOE, señaló el camino que a su entender debe seguir la negociación colectiva. Explicó que se empiezan a firmar acuerdos con mejoras salariales en muchos de los sectores que están notando la recuperación, al tiempo que reconoció que se mantienen las restricciones en otros convenios de empresa.

PODER ADQUISITIVO / Los datos de crecimiento de la economía, aunque moderados, y la baja inflación, favorecen un incremento salarial por debajo de un punto, que no obstante no compensará la pérdida de poder adquisitivo de estos años.

La actual moderación de los precios (IPC) es el argumento de las centrales para reclamar mayores retribuciones. Así, dicen, se animaría el consumo interno, se impulsaría el crecimiento económico y se sortearía el fantasma de la deflación.

En las contactos de este mes, patronal y sindicatos han realizado un diagnostico común que aunque obvio, no deja de ser importante, según ha afirmado el líder de UGT, Cándido Méndez. «Tenemos claro que ha habido una rebaja real de los salarios, que es lo que permite entender, junto a la alta tasa de paro, el crecimiento económico».

Con el riesgo que supone una evolución negativa de los precios, las centrales se comprometen a negociar una subida salarial sector por sector, pero estableciendo una escala de recuperación de parte de los recortes sufridos en estos años de crisis. En todo caso, las empresas siempre tienen la posibilidad de descolgarse de los pactos sectoriales que les permite la reforma laboral.

En paralelo al diálogo con los empresarios, las centrales y el Gobierno exploran las posibilidades de que los presupuestos del Estado para el 2015 incluyan medidas para incentivar el empleo, ampliar las prestaciones a los parados de larga duración y aumentar el salario mínimo (SMI). Tienen la vista puesta en el aumento de la recaudación de la reforma fiscal, en concreto en unos 6.000 millones, aunque el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, podría aguarles los planes.

La congelación salarial para el sector público, un año más, será el mensaje que el Gobierno lanzará a los agentes sociales para que sigan el ejemplo en el sector público, pese a sus interés por pactar incrementos mínimos.