Y a la séptima, resistió

El mandato bíblico de descansar al séptimo día, se incumplió. Tampoco es que sea una maldición, porque en el mundo mágico de los corredores de bolsa valen igual las convicciones religiosas que las supersticiones, los refranes y las brujerías de los terceros viernes de mes. Hoy no tocarían grandes correcciones, pero veremos si, en el ámbito local de Ibex-35, un mercado muy secundario, se sostiene la tendencia alcista o empiezan las correcciones a la baja. Razones las hay, a la vista de las tendencias de fondo de los operaciones cruzadas durante la jornada de ayer.

Primera, que las otras bolsas continentales van más cautelosas que la española. Segunda, que quizá tienen mejor percepción de la realidad si están actuando a la vista del ruido que hace el motor de la UE, Alemania. Su principal banco, el Deutsche Bank, anunció pérdidas más que abultadas (6.200 millones) del tercer trimestre, por errores en su división de banca de inversión. Además, los datos macroeconómicos alemanes tampoco son propicios para el optimismo: su balanza comercial. Los datos de agosto siguen registrando superávit, claro, pero las exportaciones siguieron cayendo (-5,2%) ese mes, confirmando la tendencia negativa de julio.

El tercer indicio provenía de Nueva York, con un par de indicadores de los marcan tendencia, si es que no aparecen otros. Uno es la demanda semanal de subsidios de empleo, que aumentó más de lo previsto. El otro fue el mal augurio de las presentaciones de resultados de las grandes compañías, que empieza hoy. Y además, la publicación de las actas de la Fed, a última hora en Europa.

El Ibex-35 mejoró el 0,11% y escaló a los 10.181 puntos.