El inmobiliario alcanza volúmenes de inversión previos a la crisis

Edificio 'Cornerstone', en el 22@, vendido por Benson Elliot a UBS.

Edificio 'Cornerstone', en el 22@, vendido por Benson Elliot a UBS.

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA

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El 2015 va a ser el mejor año para el sector inmobiliario en España desde que estalló la burbuja. El volumen de inversión realizada en los diferentes ámbitos de esta actividad superará con creces los fondos empleados durante los años de crisis, así como en los dos últimos ejercicios tanto en Madrid como Barcelona, según las previsiones que realizan diferentes consultoras inmobiliarias.

Con los datos provisionales que manejan, en Barcelona, el volumen de inversión puede alcanzar los 1.600 millones de euros, cifras que no se registran desde el 2007, mientras que en Madrid, los grandes inversores han realizado -o preparan- operaciones por cerca de 3.000 millones de euros. Y todo ello ocurre entre los lamentos del sector de que no existe oferta suficiente para la demanda de inversión que llama a las puertas del mercado, la situación política que se deriva de las próximas elecciones catalanas o la moratoria hotelera impuesta por el consistorio barcelonés desde julio de este año. Pese a todo ello, las cifras que manejan los operadores suponen que el total de las operaciones de compra en España puede superar los 8.000 millones de euros este año.

ESCASEZ DE OFERTA

Y podrían ser más: «No hago más que visitar a posibles vendedores de inmuebles para presentarles el interés de los grandes inversores por comprar su propiedad, pero cuando les planteo si estarían dispuestos a escuchar una oferta, la respuesta es siempre la misma: 'No gracias'», explica Anna Gener, delegada en Catalunya de la consultora Aguirre Newman. Y ¿por qué no quieren vender? Una respuesta: «Existe la percepción de que la presión de la demanda está moviendo ya los precios al alzas. Eso, unido a la escasez de oferta en oficinas, hoteles, logística, etc, hace pensar a los propietarios que podrán vender a mejor precio más adelante, con lo que prefieren esperar».

«España sigue de moda en lo que respecta a la inversión inmobiliaria, pero hay pocas carteras en venta», insiste Lluís Guardia, director de la consultora JLL en Catalunya. Y añade que, por lo que se refiere a la actividad de oficinas, se superará de largo la absorción de los 281.000 metros cuadrados que se produjo en el 2014. «Creo que podemos acabar el año en los 350.000 metros cuadrados, con lo que volvemos a volúmenes de antes de la crisis», agrega. La consultora calcula operaciones realizadas hasta el tercer trimestre por valor de 500 millones en la actividad de oficinas, solo en Barcelona, cuando en el total del 2014, el volumen de inversión alcanzó los 940 millones. Entre ellas destaca la venta de la torre Tarragona al fondo UBS, por 80 millones de euros; del edificio Cornerstone, en el 22@, de Benson Elliot, al mismo fondo suizo, también por 80 millones de euros y la cartera de inmuebles de General Electric vendida a Meridia Capital.

LA CUESTIÓN POLÍTICA

Los inversores, de momento, no se plantean otras consideraciones que no sean la rentabilidad. «No hemos notado ralentización en la inversión, y no vemos nada que haga pensar en un cambio de tendencia», comenta Jason Clark, responsable de mercado de capitales de Cushman & Wakefield. «Desde luego, los clientes internacionales pregunta por el tema de la independencia, pero no hemos tenido ninguno que haya dejado de presentar un oferta por esa cuestión», añade.

«Lo cierto es que sigue habiendo muchos inversores en el mercado estudiando posibles operaciones», apunta Gener. Y estos están más preocupados por la rentabilidad de la inversión que por la cuestión política. «Los inversores quieren que las ventas suban para que las rentabilidades se incrementen», señala Clark. Esa situación coincide con un cambio en el perfil de los inversores. Mientras que en los años anteriores los principales protagonistas eran fondos oportunistas que buscan rentabilidades elevadas -con lo que entraron en el mercado en cuanto intuyeron un cambio de ciclo y los precios estaban en mínimos-, ahora son los fondos denominados de valor. «Tienen expectativas de rentabilidad más reducidas y la permanencia en la inversión se plantea con un plazo mayor», destaca Guardia. El problema sigue siendo la falta de oferta, hasta el punto de que algunos operadores cambian su estrategia de inversión para poder usar los fondos disponibles que tiene. La socimi Merlin acaba de comprar el 20% que Abertis tenía en la zona logística del Port de Barcelona porque no encuentra otros activos.

MORATORIA HOTELERA

Para rematar el problema de escasez, solo faltaba la moratoria hotelera de Barcelona. «Desde julio se han abandonado operaciones de compra para el cambio de uso de oficinas a hotel», dice Gener. Se han hecho operaciones, como la compra del hotel Dolce, de Sitges, pero se trata de establecimientos en marcha. Nadie se arriesga a hacer otra cosa.