LOS EFECTOS DEL CALENDARIO FESTIVO

Sant Jordi se marchita

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Preparativos 8 El Mercat de la Flor de Vilassar de Mar.

Preparativos 8 El Mercat de la Flor de Vilassar de Mar.

FEDE CEDÓ
VILASSAR DE MAR

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Tal es la incertidumbre hacia el futuro del sector de la flor y la planta ornamental de Catalunya que cualquier variación en las previsiones hace mella en el negocio. Este año, la coincidencia de Sant Jordi -día en el que los profesionales venden el 40% de las rosas de todo el año- en plena Semana Santa aumenta una crisis que intentan paliar con campañas promocionales.

Desde primeros de año, floristas y libreros intentan sortear los efectos del calendario. Así, el Gremi de Floristes de Catalunya, ofrece a sus asociados rótulos con el lema«no esperes al último día, dispones de toda la semana»con el objetivo de potenciar la venta de rosas desde el lunes 18 hasta el sábado 23 de abril y estimular los encargos para Sant Jordi, especialmente si el cliente habitual se marcha de vacaciones. Por su parte, los profesionales de Barcelona podrán colocar una parada frente a su comercio también el Jueves y el Viernes Santo. Todo para que no se repita la debacle del año 2000, cuando Sant Jordi coincidió en domingo de Resurrección y la venta de flores cayó un 33%.

«Por suerte, la crisis económica global contribuirá a paliar nuestras pérdidas». Lo que parece una incongruencia es un razonamiento profesional. Jordi Rodón, vicepresidente del Mercat de la Flor y la Planta Ornamental de Vilassar de Mar (Maresme) opina que las previsiones turísticas de Semana Santa les favorecen.«Los catalanes no harán grandes desplazamientos estos días»por lo que las ventas de rosas«no caerán tanto como temíamos» si se quedan en Catalunya y«mantienen la tradición».

Para el portavoz del Mercat de la Flor, el segmento que más notará la recesión«es aquel que aporta más valor añadido a las rosas»por ejemplo, los floristas que elaboran centros florales. Según Rodón, este año se venderán poco menos de cinco millones de rosas a un precio medio de venta que oscilará entre los cuatro y seis euros. Curiosamente, la tradición de regalar la rosa«vuelve a sus orígenes y lo que más se venderá es la rosa típica con una espiga».

Problema añadido es que dos grupos de los grandes distribuidores de rosas por Sant Jordi, que suponen un tercio de las ventas de esta jornada, estarán cerrados: las escuelas, con los típicos tenderetes; y las empresas, con los regalos corporativos.«El bajón de ventas se estima entorno el 20%»cerca de un millón menos de rosas, apunta Rodón. Tal es la fragilidad del mercado floral que todo afecta«como el anuncio de huelga en AENA»que obligó a los importadores a hacer los pedidos con antelación y«pagar la rosa más cara».

Los importadores son la mayor competencia para los productores del Maresme, multinacionales de capital holandés establecidas en países con mano de obra más económica, como Ecuador, Colombia, Venezuela, Zimbawe y Costa de Marfil. Pero«no se pueden comparar con la calidad de las rosas del Maresme»obtenidas gracias al característico microclima costero, recalca el florista catalán.