EFECTOS DEL DESPLOME DEL CRUDO

Rusia se vuelca en evitar una crisis como la de 1998 por la caída del petróleo

Incertidumbre 8Una mujer, ante un panel que muestra el cambio del rublo ante el euro y el dólar, en Moscú.

Incertidumbre 8Una mujer, ante un panel que muestra el cambio del rublo ante el euro y el dólar, en Moscú.

MARC MARGINEDAS / MOSCU

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Sucedió el 17 de agosto de 1998, hace ya 17 años. El Gobierno ruso, presidido por un enfermizo Borís Yeltsin y encabezado por Serguéi Kiriyenko, uno de los llamados ‘jóvenes reformistas’, de tan solo 35 años, anunciaba la devaluación del rublo después de haberse gastado, en los meses previos, la friolera de 27.000 millones de dólares intentando mantener artificialmente el tipo de cambio de la divisa local. Rusia, cuya economía ya se había contraído un 40% tras la disolución de la URSS, siete años antes, entraba en suspensión de pagos, liberando una devastadora onda expansiva que la ciudadanía sintió de inmediato.

De la noche a la mañana, los cajeros automáticos dejaron de suministrar efectivonumerosos bancos quebraron, sin que nadie se hiciera responsable de los fondos depositados; en los casos en que la entidad lograba mantenerse en pie, los ahorros de toda una vida de millones de ciudadanos, denominados en dólares, se fundían irremisiblemente, devorados por la galopante inflación desatada tras la devaluación y después de ser transformados por decreto en rublos. Los precios de los artículos de primera necesidad subían en cuestión de horas; comercios y grandes almacenes se veían obligados a modificar las etiquetas de los precios varias veces al día.

UN FANTASMA BIEN PRESENTE

El fantasma de la catastrófica crisis financiera de 1998, que sepultó la fe de millones de rusos en la economía de mercado, ha recorrido los espíritus y las mentes de ciudadanos y ministros después de que, a principios de semana, el tipo de cambio de la moneda local traspasara la barrera psicológica de los 75 rublos por dólar, empujado por los bajos precios del petróleo. No en vano, el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, durante su intervención esta semana en el Foro Económico Gaidar, recurrió a la poderosa imagen de las colas ante los bancos de entonces para convencer a sus conciudadanos de la necesidad de implementar dolorosos recortes presupuestarios. “Nuestra obligación es adaptar nuestro presupuesto a las nuevas realidades; si no lo hacemos, veremos una repetición de la situación del 98-99”, declaró. Aleksándr Odintsov, médico de profesión, de 58 años, explica a EL PERIÓDICO cómo atiende a pacientes cada vez más preocupados de que se repita un escenario como el de aquellos años: “La gente teme que se repita lo que vivimos entonces; nadie piensa que las cosas vayan a mejorar”.

La merma en los ingresos de las compañías de hidrocarburos, cuyos impuestos constituyen entre el 40% y el 50% de las entradas de dinero en las arcas públicas rusas, ha obligado a recalcular las previsiones macroeconómicas para este año, en el que las autoridades habían previsto un ligero repunte del crecimiento, tras la importante caída del PIB del 2015, en torno al 3,8%. Las nuevas cifras que manejan los funcionarios del Ministerio de Finanzas para este año, filtradas por el rotativo económico Védomosti, admiten ya una contracción del PIB del 0,8%. Con el objetivo de impedir que el déficit se dispare y ahorrar 500.000 millones de rublos (unos 5.900 millones de euros), el Ministerio de Finanzas ha requerido a todos los ministerios y departamentos gubernamentales que reduzcan sus gastos no esenciales en un 10%, excluyendo los salarios y las pensiones. Por su parte, el viceministro de Finanzas, Oleg Fomichev, anunció recortes en todos los programas financiados por el Estado.

Después de vivir más de una década de bonanza por los altos precios del crudo, en esta Rusia zarandeada por la crisis económica se ha abierto un debate similar al que tuvo lugar en España durante los años más duros de la crisis, entre quienes defienden la política de recortes y quienes reclaman al Gobierno medidas de estímulo. En una conversación telefónica, Dmitri Kuvalin, director del Instituto de Previsión Macroeconómica, pide a las autoridades que en lugar de limitarse a recortar y a esperar que se recupere el precio del petróleo, “intervengan” con políticas expansivas para reanimar la actividad económica. Cree que de esta manera, sería posible evitar la nueva recesión que aguarda a Rusia en este ejercicio que acaba de comenzar.   

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Las condiciones de vida se deterioran de forma acelerada","text":"\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 La crisis causada por la devaluaci\u00f3n y las sanciones, que hasta ahora era sentida por los sectores m\u00e1s expuestos de la sociedad, es decir, pensionistas y jubilados, est\u00e1 ya mermando las condiciones de vida de las clases medias urbanas, las principales beneficiadas por el crecimiento econ\u00f3mico experimentado desde la llegada de\u00a0Vlad\u00edmir Putin\u00a0al poder en el 2000.\u00a0Aleks\u00e1ndr Odintsov, m\u00e9dico de profesi\u00f3n, asegura que el salario medio en su profesi\u00f3n, que se considera cualificada, es de \u201cunos 50.000 rublos\u201d, una cantidad que antes de la crisis equival\u00eda a unos\u00a01.100 euros\u00a0y ahora se ha dividido casi\u00a0por la mitad, con una inflaci\u00f3n que ronda el\u00a015% anual. \u00a0"}}