REESTRUCTURACIÓN DE UN SECTOR TRADICIONAL

El renacer del textil

El retorno de la producción a Catalunya y las exportaciones ofrecen una segunda oportunidad a la industria, tras décadas en recesión

Interior de una fábrica catalana de hilaturas.

Interior de una fábrica catalana de hilaturas.

EL PERIÓDICO / Barcelona

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El textil catalán tiene ante sí una segunda oportunidad, después de más dos décadas en recesión. El encarecimiento de los precios en China, entre otros motivos, está favoreciendo el retorno de la producción a Catalunya, lo que puede impulsar el resurgimiento de la industria. Esta oportunidad hay que saber aprovecharla, con innovación, flexibilidad en la producción e impulso de la moda, advierten los expertos en el próximo número del suplemento +Valor, dedicado al textil, que mañana publica EL PERIÓDICO.

En Catalunya unas 2.000 empresas se dedican al textil, lo que supone una facturación conjunta de alrededor de 5.000 millones anuales y empleo para más de 100.000 trabajadores, si se incluye la distribución, según datos de Acció. El volumen de negocio del textil, confección, cuero y calzado creció en el 2011 por primera vez desde el 2003, y ha seguido aumentando en los años posteriores. «En contra de lo que muchos creen, el textil no ha muerto», asegura Inés Alegre, profesora de la UIC, en el artículo que abre el +Valor. Esta tesis la arropan el resto de analistas que analizan en el suplemento los aspectos que pueden contribuir al renacer de este sector.

Uno de los asuntos candentes del sector es el paulatino retorno de la manufactura a los países occidentales, un cambio de estrategia de las grandes firmas que durante décadas apostaron por la deslocalización. Este fenómeno supone un cierto alivio a un sector muy dañado por el traslado de la producción a otros países más baratos. Los expertos celebran este cambio, pero sin echar las campanas al vuelo. El profesor de la UB, Antoni Soy, remarca que el regreso de la producción se está dando de una forma más lenta en el textil que en otros sectores industriales, mientras que Sergio Moreno, secretario general de la Federación de industria y trabajadores agrarios de UGT Catalunya, recuerda que el retorno de la producción no implica por ahora más empleo.

El sector textil está sumido en una fuerte reestructuración, en la que uno de los objetivos principales es ganar competitividad. Para ello es básica la innovación, mejorar los procesos de producción (por ejemplo, con tiradas más cortas), incorporar nuevos materiales y elevar la calidad del producto. Y cuanto más competitiva sea la industria, mejor posicionada estará para exportar, que es otra de las palancas que ayudan a la recuperación del sector. Como constata Víctor Fabregat, director del Centro de Información Textil y de la Confección (CITYC), «el mercado interno no podrá ser el motor de la actividad en los próximos años», por lo que «es necesario redoblar la presencia en los mercados exteriores que tendrán un mayor crecimiento».

La internacionalización no es un reto solo para las fábricas, sino también para el sector de la moda. El profesor del IESE, Philip Moscoso, afirma que, aunque hay marcas referentes en todo el mundo (Inditex, Desigual...), quedan pendientes flecos, como reforzar la presencia en el exterior o encontrar nichos de mercado. No obstante, el mensaje final de Moscoso, como el del resto de los analistas, es esperanzador: «La salud del sector no es mala, más teniendo en cuenta los duros años por los que ha pasado».