Evolución del comercio exterior

La reactivación de la industria anima las importaciones

SONIA GUTIÉRREZ
BARCELONA

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Los datos de comercio exterior publicados por el Ministerio de Economía y Competitividad esta semana levantaron la alarma: el déficit comercial se había disparado en el primer semestre hasta los 11.882,4 millones de euros, el doble que un año antes. La principal causa fue el frenazo de las exportaciones, lo cual no es buena señal, pero también tuvo que ver el aumento de las importaciones. Y este segundo punto está relacionado con la demanda interna, lo que indica que los hogares y las empresas españolas están empezando a recuperar su capacidad de gasto.

Una manera de constatar esta mayor demanda interna es observar en qué sectores están creciendo más las importaciones. Entre enero y junio, las compras al exterior que más subieron fueron las de bienes de equipo (11,2%), el sector del automóvil (23,6%), bienes de consumo duradero (12,1%) y manufacturas de consumo (13,9%). En estos cuatro casos, los incrementos fueron muy superiores a la media del 5,3%, pero las causas son diferentes en cada uno. El aumento en bienes de equipo se relaciona con una mayor actividad industrial -las ventas de maquinaria para la industria subieron un 13,7%-, mientras que los bienes de consumo duradero (electrodomésticos, electrónica de consumo, muebles, etcétera) y las manufacturas de consumo (textil, calzado, juguetes, etcétera), responden a un mayor gasto de los consumidores españoles.

El sector del automóvil combina ambas razones, ya que incluye tanto la importación de vehículos, para el consumo final (subieron el 37,4%) como las compras de componentes de automóvil, que subieron el 16,3%, y que refleja un aumento de la actividad en las factorías. «Las adjudicaciones de modelos en los últimos meses ha elevado la producción y esperamos que la carga de trabajo en las 17 fábricas españolas se incremente aún más», explica David Barrientos, portavoz de la asociación de fabricantes de automóviles Anfac.

La coincidencia en el tiempo del aumento de las importaciones y el freno de las exportaciones (subieron tan solo el 0,5% en el primer semestre) muestran un cambio en el patrón la economía española. Si durante los peores años de la recesión fueron las exportaciones las que empujaron de la economía, ahora el peso de la recuperación se sostiene sobre la demanda interna, sobre todo consumo privado e inversión, ya que el gasto público sigue contenido.

El Banco de España, en su último boletín económico, afirma que las proyecciones de crecimiento se apoyan «en un peso creciente de la demanda interna», más de lo previsto cuatro meses antes, «al tiempo que se prevé una menor aportación positiva de la demanda exterior neta».

Según la institución gobernada por Luis María Linde -que elevó las previsiones del PIB al 1,3% este año y al 2% el 2015-, la demanda nacional está impulsada «por la mejora gradual de la confianza, la buena evolución del empleo, el alivio de las condiciones financieras agregadas y el impacto de la reforma fiscal». El Banco de España también prevé que la inversión productiva privada siga fortaleciéndose.

Sin embargo, hay quien observa riesgos en este cambio de patrón. Entre ellos, el catedrádico de Economía Aplicada de la UAB Josep Oliver, que asegura que España tendría que exportar más de lo que importa. «El problema más grande es el exceso de endeudamiento con el resto del mundo, el país debe más de un billón de euros, y a la que haya tensiones financieras internacionales puede volver a darse una fuga de capitales y a dispararse la prima de riesgo», advierte Oliver. Por eso, como país enormemente endeudado, España debería estar «obsesionada en aumentar las exportaciones», opina.

«Si no estabilizamos las finanzas exteriores, estaremos siempre bajo la espada de Damocles», añade el catedrático. El aumento de las importaciones por si solo no es malo, siempre que las exportaciones lo hagan a mayor ritmo, argumenta, ya que basar el crecimiento en la demanda interna «es una solución a corto plazo, pero no la salida a la crisis».

PUERTO DE BARCELONA / Catalunya concentra más de la cuarta parte de las importaciones españolas, y el puerto de Barcelona es una de las principales vías de entrada y donde se nota especialmente el aumento de las compras al exterior. Decathlon, Ikea, Inditex y Nissan son algunos de sus principales clientes, y el 100% de las piezas del Mokka que se montan en la fábrica de Opel de Figueruelas llegan al puerto de Barcelona desde Corea del Sur. Entre enero y julio, esta infraestructura importó el 13% más de contenedores que en el mismo periodo del 2013, hasta los 257.381 TEU (medida equivalente a un contenedor de 20 pies), mientras que las exportaciones, aunque superiores a las descargas, crecieron a menor ritmo, el 1% (333.759 TEU).

«En junio del 2013 hubo un punto de inflexión, cuando las importaciones empezaron a ser mejores que un año antes», explica el director general del puerto de Barcelona, José Alberto Carbonell. El año pasado se cerró con un aumento del 3% de las importaciones, concentradas en el segundo semestre, y «en el 2014 la tendencia es más fuerte», dice Carbonell. No obstante, aun se está un 25% por debajo del 2007, cuando las descargas alcanzaron su récord.