Lo que no puede ser resulta que sí es posible

SALVADOR SABRIÀ

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Después de cuatro años de discursos sobre la imposibilidad de realizar una política muy distinta de la que se está aplicando desde el Govern de la Generalitat a causa de las exigencias de austeridad y los recortes impuestos por los límites de déficit, ahora resulta que sí que es factible otro tipo de gasto público. Incluso sin necesidad de alcanzar la tan cacareada independencia. Solo ha hecho falta que Artur Mas Oriol Junqueras llegasen a un acuerdo de principios para adelantar las elecciones, menos de lo que reclamaba ERC, y para aprobar los presupuestos de la Generalitat para el 2015, lo que no deja de ser una cierta incoherencia, ya que al menos una cuarta parte de las cuentas deberá aplicarlas otro gobierno salido de las urnas que puede ser distinto al actual.

Antes del acuerdo, desde el Govern se lanzaron argumentos de todo tipo, incluidos sesudos informes, sobre lo perjudicial que sería una prórroga de los presupuestos. Sobre todo, porque dejaría con menor cobertura legal e incluso pondría en peligro la promesa de la recuperación de la paga extra de los empleados públicos en el ejercicio del 2015. De la del 2014 ya no se acuerda ningún miembro del Ejecutivo, y eso que en la discusión del presupuesto aún en vigor se anunció que se haría todo lo posible para pagarla ya ese año. Pero eso ya es agua pasada, igual que aquellos argumentos sobre la escasa capacidad de una prórroga presupuestaria: en el decreto que permite poner en marcha la del 2014 y gestionar así los primeros meses del 2015 se incluye también la medida para recuperar la paga de los funcionarios este año.

Aunque uno de los puntos que pone más evidencia que era posible otra política es el que incrementa en un 50% la plantilla de la Agència Tributària de Catalunya, con 168 nuevas plazas y un aumento del presupuesto del 25%. La Agència la puso en marcha el Govern tripartito e inició su actividad el 1 de enero del 2008. Fue fruto de la primera iniciativa legislativa en aplicación del Estatut, o sea que ya tiene un relativo largo recorrido. La creación de una Hacienda propia como una de las llamadas estructuras de estado está considerada una de las piezas más importantes para una futura Catalunya independiente que defiende el actual Govern y su socio. Por ello sorprende que no se haya promovido más durante los cuatro años de Govern de Mas. Y todavía causa más estupor cuando el conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, el mismo que ocupa esta cartera desde hace cuatro años, justifica ahora el incremento de gasto y de plantilla con el argumento de que así aumentará la eficacia recaudatoria y que gracias a ello esta medida no costará más dinero, sino que saldrá a cuenta.