CAMBIOS EN EL SECTOR COMERCIAL

Rebajas importadas

Publicidad del 'Black Friday' en una calle de Barcelona.

Publicidad del 'Black Friday' en una calle de Barcelona. / periodico

EDUARDO LÓPEZ ALONSO / BARCELONA

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El Black Friday se ha convertido en el claro ejemplo de la globalización de la actividad comercial. Mientras las rebajas tradicionales de verano e invierno han muerto como objeto de regulación legal intensiva en España, el modelo de descuentos del viernes negro triunfa aquí y en el resto del mundo respaldado por la venta electrónica y la falta de controles sobre la veracidad de las campañas. En un mundo de 'outlet' omnipresente y permanente, los Black Friday rellenan huecos de agitación comercial, en una dinamización necesaria para cumplir con la exigencia de incrementar las ventas respecto del año anterior. 

El Black Friday la jornada de rebajas que ha revolucionado la actividad comercial mundial en los últimos años, tiene su origen en el desfile que se hace desde 1924 por las calles de Nueva York el día después del Día de Acción de Gracias ('Thanksgiving') y que está patrocinado por la cadena de almacenes Macy’s. La paradoja es que mientras en España se desregula el periodo de rebajas tradicional, paralelamente se importa una tradición estadounidense, ya un fenómeno mundial. Fred Lazarus Jr., creador de las primeras rebajas, fue quien impulsó este día. El presidente de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt llegó a adelantar una semana en el calendario la celebración de Acción de Gracias para beneficiar la actividad comercial antes de las fiestas navideñas. Pero si tanto uno como otro viesen la trasmutación de aquel espíritu comercial en el actual fenómeno de las redes apenas encontrarían paralelismos.

LA LÓGICA DEL DESCUENTO PRENAVIDEÑO

Sin embargo, lógica no falta a esa estrategia de abrir un periodo de rebajas antes de la Navidad. La llegada de los primeros fríos anima a la renovación del vestuario, la inminencia de las fiestas impulsa a los más remolones a gastar y la previsión de mayores ingresos en diciembre por la paga extra tiende a fomentar el uso de tarjeta de crédito más de lo habitual. Las rebajas de enero, en cambio, siempre parecen llegar tarde y a gusto de los menos, en lo que los expertos siempre describieron como la muestra más clara de una mala temporada de ventas previa de los comerciantes. 

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El 'Black Monday' en sus orígenes estadounidenses no recibía ningún nombre específico y son docenas las hipótesis de las razones de su génesis. Desde la celebración del día de venta de esclavos, los viernes de desplome bursátil, la crisis financiera de 1869 en la que el mercado del oro se desplomó, un viernes de compras masivas en Filadelfia en 1961 y que la policía local bautizo como viernes negro... En 1975, 'The New York Times' utilizó la expresión para hablar del día de ventas posterior al día de Acción de Gracias.

El caso es que el Black Friday es un éxito rotundo de márketing global, un invento que prescinde de orígenes para centrarse en orgía comercial, que reemplaza el absentismo laboral habitual en EEUU tras las grandes comilonas por una jornada de Gomorra consumista. El objetivo es trasladar renta del consumidor al comerciante. Al final, una muestra de euforia ante los fríos del invierno, anzuelo más o menos bien colmado para aquellos que pueden permitirse aprovechar la ocasión de comprar por menos lo que hace una semana costaba más. 

El Black Friday ha sido bien acogido por las empresas ya no solo como un día especial de descuentos, si no casi más bien como el pistoletazo de salida para una semana 'estilo fantástico', como las habituales de El Corte Inglés, pero ampliada a múltiples sectores y no solo en la gran distribución. Tras el Black Friday apareció el 'Cyber Monday', pero la reinterpretación está abierta bajo el paraguas de una internet que amenaza con fagocitar a las tiendas físicas obligadas a reaccionar a cualquier reto que les haga perder peso en el pastel limitado del consumo.