La rebaja fiscal

El PSC da por cerrada la puerta al pacto presupuestario con CiU

La portavoz adjunta del PSC en el Parlament, Laia Bonet, ayer, durante su intervención.

La portavoz adjunta del PSC en el Parlament, Laia Bonet, ayer, durante su intervención.

TONI SUST
BARCELONA

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El PSC anunció ayer que se planta y que tras la supresión del impuesto de sucesiones no existe ninguna posibilidad de que apoye los presupuestos del Govern para el 2011, que se votarán en julio en el Parlament. La portavoz adjunta del grupo socialista en la Cámara catalana, Laia Bonet, fue rotunda y dejó poco margen a sorpresas en una hipotética y futura negociación: «Hoy se ha cerrado la puerta a pactar los presupuestos con el PSC». Una muestra de firmeza que, al margen de haber sido anunciada y de casar con su doctrina, podría servir al primer partido de la oposición para reforzar esta condición tras recibir críticas de propios y extraños por su tibieza.

Los socialistas consideran que la supresión del impuesto supone atravesar sin vuelta atrás una frontera clave, en el sentido de que el Ejecutivo de Artur Mas decide prescindir de un ingreso sustancial al tiempo que recorta prestaciones sociales por la falta de recursos de la Generalitat. No hay acuerdo ni en el coste, porque los socialistas mantienen que la decisión supone perder ingresos anuales por valor de 400 millones de euros mientras que el Ejecutivo catalán cifra la pérdida en 130 millones.

Bonet recordó que el PSC ya había advertido de que era una condición irrenunciable para empezar a hablar que el Govern no eliminara ahora el impuesto de sucesiones: «No se puede pedir a los ciudadanos que hagan sacrificios y adoptar a la vez medidas que benefician a unos pocos, los más privilegiados».

¿'CONSELLER' BENEFICIADO? / También recordó que a la federación nacionalista «le siguen faltando seis votos para aprobar los presupuestos». «Eso nos hace pensar -dijo- que ya ha elegido y que estamos ante un pacto con el PP sobre este tema». E insistió: «Queremos pensar que si el Govern ha sacado adelante este proyecto de ley es porque tiene calculada su estrategia y se ha asegurado que hay agua en la piscina antes de tirarse». La portavoz indignó a CiU al insinuar que algún miembro del Govern podría resultar beneficiado de forma inminente por la modificación, es decir, que la muerte reciente de un familiar podría propiciarlo, y dar por hecho que, si así fuera, eseconsellerse habría «abstenido» al avalar la tramitación de la ley. No quedó claro a quién se refería.

El hecho de cómo logrará Convergència apoyo para aprobar las cuentas será tema de debate durante los próximos meses, y para el PSC, un filón que explotar para censurar al Govern sin tener que echar mano únicamente de la crítica a los recortes. El grupo que preside Joaquim Nadal está teniendo problemas para visualizar una oposición contundente. Hace menos de dos meses, varios alcaldes del partido instaron al grupo parlamentario a ser más contundente en la denuncia de los recortes.

ALIANZAS/ En lo que a alianzas se refiere, Mas afirmó que él no ha cerrado la puerta a nadie con la eliminación del impuesto de sucesiones y apeló al hecho de que los socialistas gobiernan en España y de que los populares podrían hacerlo en breve para solicitar responsabilidad y reclamar que «ayuden a hacer los deberes». El PPC, que en las últimas semanas, a la que ha podido, ha denunciado una alianza global CiU-PSC, se mostró tímido: su portavoz en el Parlament, Enric Millo, admitió que la medida aprobada acerca a su partido a CiU, pero advirtió de que no es lo más determinante para el respaldo popular a las cuentas.

Tanto ICV como ERC criticaron al Govern, aunque, lógicamente, más los ecosocialistas, que ya abominaron de la reforma de sucesiones que hizo el tripartito. Su portavoz, Dolors Camats, juzgó «indecente» que Mas anuncie la reforma la misma semana en que justifica «recortes a destajo en los servicios sociales». El presidente de Esquerra, Joan Puigcercós, responsabilizó al Ejecutivo catalán de renunciar a ingresos «por una cuestión ideológica».