1 de Mayo "a la ofensiva" en Catalunya

Los sindicatos catalanes plantean el Primer de Mayo como una inflexión. Depués de actuar con una estrategia "a la defensiva" para intentar frenar los recortes acometidos por los gobiernos de Artur Mas en Catalunya y de Mariano Rajoy en el conjunto de España, ahora es el momento de "pasar a la ofensiva", según el líder de CCOO, Joan Carles Gallego. Las manifestaciones del 1 de mayo en Barcelona (11.30 horas, plaza de Urquinaona), Lleida, Tarragona, Girona y Tortosa tendrán como reivindicaciones propias de Catalunya la aprobación de la renta de ciudadanía, un salario mínimo de 1.000 euros y la recuperación de las tres pagas extras de los funcionarios.

"En este Primero de Mayo estamos en un punto de inflexión. Hemos salido de la crisis económica, pero seguimos en la crisis social. Lo strabajadores queremos que se redistribuya mejor la riqueza que creamos. Por eso pasaremos a la ofensiva", indicó Gallego en la presentación de las marchas que recorrerán las cinco ciudades catalanas. 

El nuevo secretario general de la UGT de Catalunya, Camil Ros, ha amenzado con una escalada de movilizaciones en un otoño caliente, sin descartar una nueva huelga general, si el Gobierno que salga de las elecciones del 26 de junio frena la derogación de la reforma laboral. Ros ha argumentado, en una entrevista a Catalunya Informació, que "no puede pasar más tiempo en que la situación de pobreza que viven muchos trabajadores se cronifique".

LOS FUNCIONARIOS CATALANES, PEOR

Las reivindicaciones tienen el denominador común de la recuperación de derechos perdidos, tanto en las empresas privadas como en la Administración. El Primero de Mayo llega en un momento en que vuelve a crecer la tensión de los sindicatos con el Govern, al que acusan de incumplir la resolución del Parlament para empezar a devolver este año una de las tres pagas extras suprimidas entre el 2012 y el 2014. Mientras el Ejecutivo central ya ha comunicado el abono del 50% pendiente de devolver de la paga suprimida en el 2012 al personal de la Administración del Estado, los más de 200.000 empleados públicos de la Generalitat siguen esperando un acuerdo sobre el calendario de retorno, que se alargará hasta el 2018.

CCOO y UGT reclaman al nuevo Govern que preside Carles Puigdemont que dé ejemplo en sus contrataciones de servicios y que fije un salario mínimo interprofesional (SMI) de 1.000 euros para los trabajadores de empresas adjudicatarias, más allá de abrir un debate sobre un SMI propio de Catalunya. Además, los sindicatos consideran urgente que el Ejecutivo catalán apruebe la renta mínima de ciudadanía, que por ahora rechaza alegando la insuficiencia de recursos económicos. Las centralkes recuerdan en el manifiesto del Primero de Mayo que "en Catalunya la pobreza, que se sitúa ya en el 25%, se extiende a todas las franjas de la población, pero especialmente a las personas más vulnerables, como los niños y los mayores".

MARCHAS DE USOC, CGT Y CNT

Los sindicatos pasan de puntillas por el proceso soberanista, al que solo se refieren de forma indirecta al manifestar su rechazo a los intentos del Gobierno del PP de paralizar la ley de emergencia habitacional y contra la pobreza energética de Catalunya al considerar que "perjudica gravemente a la gente con más dificultades". 

También habrá manifestaciones del Primero de Mayo por separado de la Unió Sindical Obrera de Catalunya (USOC), la CGT y la CNT. La secretaria general de la USOC, la tercera fuerza sindical, María Recuero, reclama al Govern que tenga más en cuenta al sindicato en debates como el que acaba de iniciar sobre el salario mínimo.