DÍA DEL TRABAJO

El Primero de Mayo entra en campaña por un «cambio político»

MERCEDES JANSA / MADRID / ANTONI FUENTES / BARCELONA

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El Primero de Mayo de este año no fue solo reivindicativo. La proximidad con las elecciones municipales, autonómicas y generales dio a las 80 manifestaciones celebradas en España un marcado tono electoralista que llevó a los líderes de CCOO y UGT a entrar en campaña y reclamar a los candidatos que se mojen y a instar a los trabajadores a promover con su voto un «cambio político».

En Madrid, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, que confían en cerrar el pacto de salarios con la CEOE en las próximas dos semanas, reclamaron la recuperación de los derechos perdidos con la excusa de la crisis, desde la negociación colectiva al ejercicio de la huelga. En este sentido, pidieron a todos los candidatos un compromiso explícito para que su prioridad sea derogar la reforma laboral.

Para Toxo y Méndez se necesita no solo un cambio de «actores» sino de «políticas» para volver al «modelo social» anterior a los últimos cinco años de «políticas demoledoras».

Los anuncios del Gobierno sobre la mejora del empleo, con la creación de 2,1 puestos de trabajo hasta el 2018, gracias a la recuperación no son más que una «raquítica reducción estadística». La crisis acabará, coincidieron Toxo y Méndez, cuando «la gente recupere los estándares de calidad de antes».

RAJOY, OPTIMISTA

Mariano Rajoy aprovechó el Día del Trabajo para ratificar su optimismo al asegurar que «las cosas empiezan a ir mejor» en la economía española y que esta situación se dejará notar sobre el empleo ya en el 2015 y en años sucesivos. «Estoy convencido de que este año mucha gente conseguirá un puesto de trabajo en España y los años que viene también».

Al grito de «Precariedad es explotación, trabajo y salarios dignos», 60.000 personas, según los convocantes, y 10.000, según la Guàrdia Urbana, protestaron en Barcelona contra la pobreza que sufren cada vez más trabajadores con empleo.

También hubo marchas en Girona, Tarragona, Tàrrega y Tortosa. Los secretarios generales de CCOO y UGT de Catalunya, Joan Carles Gallego y Josep Maria Álvarez, instaron a los partidos políticos a mojarse en sus programas electorales en aspectos esenciales como la derogación de la reforma laboral, el aumento de los salarios y la recuperación de prestaciones y servicios sociales que han sido víctimas de los recortes.

MAYORÍA EN EL CONGRESO

«Necesitamos una mayoría en el Congreso para echar a un Gobierno de incompotentes y corruptos», dijo Álvarez, quien añadió que en los comicios de Catalunya del 27 de septiembre no solo está en juego el derecho a decidir de los catalanes, sino también el rumbo en políticas sociales después de que el Govern de CiU haya aplicado recortes drásticos.

Para Gallego, «el ciclo electoral puede ser una oportunidad» para lograr empleo digno, cohesión social y derechos sociales recortados, pero alertó de que «el movimiento sindical no lo puede fiar todo a la política», por lo que defendió el papel de los sindicatos «adecuando formas de funcionamiento y prácticas». Los dirigentes de CCOO y UGT sufrieron las protestas de los técnicos en huelga de las contratas de Movistar, que montaron un mitin paralelo y criticaron a los sindicatos.

La manifestación de este año, en la que conmemoraron los 125 años de la primera movilización llevada a cabo un 1 de mayo, fue también una pista de aterrizaje de numerosos dirigentes políticos habituales y otros que no lo son tanto en las convocatorias de los sindicatos. En la marcha se vieron varios candidatos a las elecciones municipales de Barcelona así como una nutrida delegación de la Assemblea Nacional Catalana.

Las previsiones de empleo del Gobierno también recibieron las críticas de la oposición política. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se comprometió a que en el 2015 se apruebe un nuevo Estatuto de los Trabajadores que «sea una carta de derechos laborales y no un catálogo de precariedad laboral», algo en lo que se ha convertido, según el líder de los socialistas, tras la reforma laboral aprobada por el Partido Popular. Una reforma que, según explicó Sánchez antes de su participación en la manifestación de Valencia, «ha hecho retroceder los niveles salariales hasta la década de los 90».

El nuevo cuerpo legal, dijo el dirigente socialista, debería recuperar todos «los derechos perdidos» de los trabajadores durante los años en que ha gobernado el PP, informa Laura L. David.