Cuentas en duda

Mas no dispone de apoyos para aprobar los presupuestos porque ERC quiere una prórroga El PSC avanza que no le dará sus votos

Las cuentas 8Mas-Colell entrega los presupuestos de la Generalitat en el Parlament.

Las cuentas 8Mas-Colell entrega los presupuestos de la Generalitat en el Parlament.

FIDEL MASREAL / BARCELONA

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El día 15 de diciembre puede ser una fecha clave no sólo para los presupuestos de la Generalitat. Es el día que acaba el plazo de los partidos para presentar una enmienda a la totalidad a las cuentas del Govern para el año que viene. La enmienda es una manera de rechazar totalmente el proyecto. Y  en términos políticos, se da por desautorizado al gobierno que no es capaz de superar este trámite, que se votará el día 17.

El caso es que hoy por hoy el Govern de Mas no dispone de ningún apoyo. Y en el grupo de CiU no falta quien se pregunta si realmente se llegará a producir un debate sobre las enmiendas a la totalidad ante esta soledad parlamentaria. Pueden suceder dos cosas: que Mas salve el obstáculo gracias a que ERC no apoye las enmiendas a la totalidad del resto de partidos que probablemente las presenten, o bien que antes de llegar a este extremo pueda ya disolverse el Parlament por la convocatoria de elecciones anticipadas.

Preguntado sobre si Esquerra presentará enmienda a la totalidad, el diputado republicano Pere Aragonès desvió la cuestión y dijo estar «convencido» de que habrá adelanto electoral en clave de proceso soberanista gracias a un acuerdo entre ERC y el Govern.

Si no hay adelanto electoral, Mas puede seguir tramitando las cuentas si ERC rechaza los vetos de la oposición. En todo caso, a final de año el Govern aprobará la prórroga (las cuentas del año siguiente deben aprobarse antes del 31 de diciembre). Y hasta el 4 y 5 de febrero no llegaría la votación definitiva tras los debates parciales que se celebrarán sobre las cuentas por secciones, por áreas de gasto e ingreso.

Entonces, en febrero, Mas se encontraría de nuevo con la necesidad de que al menos ERC se abstuviese, para evitar que el proyecto sea rechazado. No es esa la intención de los republicanos en este momento.

Así las cosas, hace unas semanas se abrió el camino de la posible negociación con el PSC. Pero una vez el president ha dado por abierta la vía de la independencia con su programa de elecciones plebiscitarias y 18 meses para construir el Estado propio,  Miquel Iceta ha cerrado la puerta a la posibilidad de mantener su oferta de ayuda a Mas.

No en vano, ayer mismo, apenas conocido el proyecto del Govern, Iceta ya anunció que su grupo no lo apoyará. Evidentemente, acusó a Mas de tal decisión: según el PSC ha sido el president  quien no ha querido aceptar la oferta de los socialistas, basada en reforzar el Estado del bienestar, promover medidas de recuperación económica y de regeneración política. Y también en abandonar el camino independentista y buscar un acuerdo con el Estado para un referéndum pactado.

«En la medida en que la hoja de ruta del presidente Mas no va por este camino, es muy difícil plantear cualquier tipo de colaboración», espetó el dirigente socialista.

Es impensable cualquier otra opción, como la del PPC, que fue fiel aliado de Mas en la anterior legislatura. Con todo, ayer la portavoz de Convergència, Mercè Conesa, habló de una ronda de contactos con el conjunto de partidos. Será en todo caso una de esas convocatorias protocolarias.

Y se espera también de ICV-EUIA, Ciutadans y la CUP un rechazo frontal a las cuentas. Estos últimos ya han anunciado que presentarán una enmienda a la totalidad.

¿Dónde está entonces la salida al laberinto? En una palabra: prórroga. Prorrogar las cuentas de este año. Y para salvar la promesa de recuperar la paga extra cercenada a los funcionarios, ERC propone al Govern que haga una ampliación de crédito para hacer posible este gasto, previsto en el proyecto presentado ayer por el conseller Mas-Colell.

Mas ha querido demostrar que la retirada de apoyo por parte de ERC no condiciona su navegación. En el juego de la política, el gesto es casi tan importante como la medida. Puede que finalmente no haya presupuesto, pero la culpa no sería del Govern, a ojos de CiU.