VIDEOCONFERENCIA ENTRE MINISTROS

El G-7 apremia a Europa a resolver la crisis de la deuda de España

IDOYA NOAIN / Nueva York

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Españase ha convertido en el centro de la preocupación mundial y, ante unacrisisde potencialmente devastadoras consecuencias globales, hay abundancia de palabras y compromisos retóricos, pero, de momento, escasas acciones, difíciles de coordinar cuando las apuestas por el estímulo o por la austeridad a siguen enfrentando a las potencias mundiales. Una vez más esta realidad cobró forma este martes, cuando los ministros de Economía de Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia, las naciones delG-7, mantuvieron una teleconferencia extraordinaria que, aunque abordó toda la crisis europea, centró buena parte de su atención en España.

Aunque se trataba en principio de una reunión secreta, ya el lunes se habló públicamente de su celebración. Pese a todo, se decidió no emitir un comunicado conjunto. Solo el ministro de Finanzas japonés, Jun Azumi, y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos dieron pistas del contenido. Azumi explicó que la reunión no había abordado el escenario de una salida de Grecia del euro y dijo que los países europeos tienen que hacer un esfuerzo por calmar los miedos de los mercados financieros. También aseguró en una rueda de prensa que los representantes europeos aseguraron que acelerarán sus esfuerzos "para resolver los problemas". "Han dicho que abordarán los temas, incluyendo los problemas de deuda de España, de forma responsable, y confío en ellos", declaró el ministro de Finanzas nipón.

SEGUIMIENTO DE LA CRISIS

Un comunicado del Tesoro estadounidense, mientras, aseguró que se habían producido "avances hacia una unión financiera y fiscal en Europa" y ratificó que en la reunión de ayer se acordó seguir de cerca la evolución de la crisis.

Washington pide a Europa acciones más expeditivas y "agresivas" y uno de los jefes del Tesoro, Mark Sobel, aseguró en una conferencia sobre economía que "el éxito de la nueva fase de respuesta a la crisis depende de la voluntad de Europa de diseñar las herramientas y procesos que puedan apoyar a los países de forma efectiva y agresiva".

OBAMA, CON HOLLANDE

"Nadie apunta directamente en público con dedo acusador a Alemania, pero es en Berlín donde muchas otras potencias ven la clave de la solución. El presidente estadounidense, Barack Obama, ha encontrado en el nuevo presidente francés, François Hollande, un nuevo aliado que aisla aún más a Angela Merkel, que ahora ya recibe la presión de Bruselas para que acceda a reformar el fondo de rescate europeo de forma que pueda ayudar directamente a la banca sin pasar por los estados.

La semana pasada, el mandatario estadounidense endureció su lenguaje y acusó a Europa de no estar haciendo lo suficiente para alejar "la nube que viene del otro lado del Atlántico", un dardo claramente lanzado contra la economía con más capacidad de actuar. Y ya antes de que se celebrara la videoconferencia de ayer, una fuente delG-7le dijo desde el anonimato a Reuters que las conversaciones iban a ser "una sesión de paliza a Alemania". La misma fuente se refirió en tono crítico a España y, en particular, al rechazo del Gobierno de Mariano Rajoy a un rescate. "No lo quieren, son demasiado orgullosos. Es una arrogancia fatal", dijo.

Apremiada por la gravedad de la crisis en España y por el convencimiento de que hay que tomar decisiones antes de que un resultado adverso en las elecciones griegas el próximo 17 complique más todavía el futuro del euro, la Comisión Europea tiene previsto presentar hoy su propuesta para resolver las crisis bancarias que sería un primer paso hacia la unión bancaria en la que trabaja el Ejecutivo comunitario.

El comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnier, propondrá crear una red de fondos nacionales de resolución bancaria que tendrían la obligación de prestarse mutuamente recursos si fuera necesario para rescatar bancos en crisis.

La idea es que estos fondos no rescaten un banco inviable, sino que sirvan para financiar un "banco puente" temporal en el que se integrarán toda o una parte de la actividad de una entidad para comparar activos específicos de una institución bajo resolución.