El Popular cesa a su consejero delegado y ficha a un ejecutivo de Deutsche Bank

Apenas unas semanas después de cerrar una macroampliación de capital para sanear su balance, el Banco Popular ha cesado a su consejero delegado, Francisco Gómez, y ha fichado para sustituirle a Pedro Larena, hasta ahora responsable de banca de particulares de Deutsche Bank en Europa (excluido el negocio en Alemania). La operación supuso una importante pérdida de valor para los propietarios y algunos de los principales accionistas habían reclamado cambios en la gestión.

Algunas fuentes sostienen que incluso se había llegado a pedir el relevo del presidente, Ángel Ron, pero el director financiero del banco, Francisco Sancha, lo ha negado. El máximo responsable de la entidad, ha asegurado, cuenta con el  "respaldo total" del consejo de administración, que también "respalda la ampliación impulsada por el presidente, al igual que el plan de negocio". Ron ya tuvo que nombrar a un consejero delegado (el propio Gómez) en enero del 2013 después de otra macroampliación que tuvo que el banco emprender tras suspender el examen a la banca española exigido por el rescate europeo.

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Sancha, que excepcionalmente ha tenido que presentar los resultados semestrales del banco (Gómez se ha prejubilado a los 53 años y Larena no llegará hasta septiembre), ha asegurado que el consejo ha tomado la decisión “unánime” de abrir una “nueva etapa” en el banco. “Ha creído oportuno que hubiera una nueva estructura y que era idóneo que hubiera un nuevo consejero delegado, que tiene un perfil totalmente distinto”, ha mantenido antes de afirmar que “no ha habido injerencia ni comunicación previa con las autoridades" exigiendo un cambio en la dirección.

DOS DIVISIONES

Larena, que también ha trabajado en Citi, Caja Madrid y Banesto, se ocupará de la gestión del día a día del banco, ya que Ron seguirá siendo ejecutivo y no le ha cedido ninguna de sus funciones. El grupo ha anunciado también que ha decidido separar la gestión de su valorado negocio bancario de la del negocio inmobiliario, que es el que viene lastrando su situación desde hace tiempo.

El grupo ganó 94 millones en el primer semestre, lo que supone un desplome del 50 % debido a que ha dedicado todas las ganancias del segundo trimestre a provisiones y a la caída de los ingresos por los bajos tipos de interés. Sacha ha confirmado que el banco prevé ahorrarse 175 millones al año con un ajuste de plantilla y oficinas, pero ha matizado que el número de salidas se sabrá tras el verano.