LOS HÁBITOS DE LOS VIAJEROS

Pocos mochileros

Pasajeros en los mostradores de facturación de la T-2

Pasajeros en los mostradores de facturación de la T-2

SONIA GUTIÉRREZ / BARCELONA

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Ya no es extraño ver viajeros de negocios embarcando en un avión de una aerolínea de bajo coste, como sucedió con el vuelo de Germanwings. La crisis económica ha obligado a las empresas a reducir costes, pero además este tipo de compañías aéreas han cambiado, y a base de servicios extras -embarque preferente, asientos más amplios...- pretenden atraer un tipo de cliente diferente a aquel para el que fueron creadas: el turista de vacaciones cortas y baratas.

Las aerolíneas low cost cambiaron los hábitos de los viajeros y también los destinos. "La gente viaja más, hay más alternativas, más rutas, más productos en el mercado", explica Martí Sarrate, presidente de la asociación de agencias de viajes Acave. La revolución del sector turístico se produjo hace casi 20 años -se empezaron a popularizar a mediados de los años 90- y ahora estas compañías "han madurado", añade Sarrate. Siguen basando su reclamo principal en el precio, pero se dirigen también a los clientes ejecutivos, dispuestos a pagar más que el billete básico a cambio de una mayor comodidad.

Otro cambio que se ha producido en los últimos años es que las compañías de bajo coste "empezaron operando en aeropuertos secundarios donde no volaba nadie y ahora están también en los aeropuertos principales", apunta Pablo de Porcioles, director de desarrollo de negocio de Edreams.

Todo ello ha acercado las distancias entre aerolíneas de bajo coste y tradicionales. El viajero de vuelos baratos no es tan diferente del de aerolíneas de bandera. En ambos casos, el perfil mayoritario es de clase media, según el informe Turismo, tráfico aéreo y compañías aéreas de bajo coste del 2013, del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. El 67,1% de extranjeros que llegaron a España en low cost eran de clase media, el 25,5% de clase media-alta y el 3%, media baja. El 3,9% declaró un nivel de renta alto y solo el 0,6%, bajo.

Menos gasto medio

Sí que hay diferencias en el gasto medio. Mientras que los turistas europeos que volaron en aerolíneas de bajo coste se gastaron 829 euros de media en el 2013, los de las compañías tradicionales se gastaron 1.030 euros. La comparación es solo entre turistas europeos para evitar la distorsión de los viajeros de larga distancia, que no cubren las low cost.

La diferencia de este gasto medio se explica, fundamentalmente, por el precio del transporte. En alojamiento, restaurantes y compras sigue gastando más el que viaja en aerolínea tradicional, pero la brecha con el de low cost no es tan grande.

Por otra parte, que un turista vuele barato no quiere decir que el resto de su estancia sea de bajo coste. A veces prefiere ahorrar en el vuelo para gastar más dinero en el destino. "Hay viajeros que vuelan en low cost  y se alojan en hoteles de cuatro estrellas, la mentalidad del usuario ha cambiado", afirma el presidente del Gremi d'Hotels de Barcelona, Jordi Clos.

Destinos

Los destinos turísticos han cambiado con la democratización de los viajes. No se entenderían los récords de turistas internacionales en España sin las aerolíneas low cost. "Estas compañías captan un tipo de turista que seguramente no habría llegado o no lo haría con tanta frecuencia", afirma Clos. "Esto tendrá un límite, puedes crear una oferta más económica, pero no mucho más, porque desprestigiaría el destino", advierte el presidente del Gremi d'Hotels, quien asegura que Barcelona no se encuentra en situación de riesgo.

España es uno de los principales destinos europeos de las aerolíneas de bajo coste, junto con el Reino Unido, Alemania e Italia. Entre los cuatro países concentraron el 55% de los asientos ofertados en estas compañías en el 2013. Y dentro de España, Catalunya es el destino que recibe más pasajeros de vuelos baratos (9,3 millones de personas en el 2014, el 28,7% del total).

Casi cuatro de cada 10 turistas que llegaron a España en vuelos low cost en el 2014 eran británicos (12,2 millones sobre un total de 32,6 millones de viajeros). Le siguieron a gran distancia los italianos y alemanes, con más de 3 millones cada uno, y los franceses, con 2,59 millones de turistas.