Pesca

Crear puestos de trabajo como sea, primera obligación. Si tenemos una cifra insoportable de parados, hay que hacer lo que sea para que salgan de este estado, segunda obligación. Aprovechar que la Semana Santa fomenta el turismo interior, primera oportunidad y  de obligado cumplimiento. En un país que hace años renunció a ser industrial como primera opción para abrazarse al subsector de turismo y construcción- que no es preceptivo que vayan unidos- constatar que la ocupación hotelera de estos días creará mucho empleo, sea bienvenido.

Tercera obligación. A la vista del   fraude descomunal  en la uso de fondos públicos de empleo -¿quién es el inepto que no distingue entre contribuyentes españoles y europeos?- se impone una revisión a fondo. Seguir mentando a la UE solo como fuente de ayudas agrarias o pesqueras, de financiación de infraestructuras -nadie impuso que fuera el AVE- o de cursos de formación para que luego aparezcan todos como causa de fraude, es inadmisible. Tanta inanidad recuerda a las gorras que compran los turistas del hotel Mövenpick de Jordania, en el Mar Muerto, con la leyenda «Club de pescadores del Mar Muerto». Como su nombre indica, si está muerto no quedan peces. Aplíquese a quienes viven de gorra.