El paro de larga duración se enquista

La salida de la crisis está dejando una gran bolsa de parados de larga duración con unas expectativas de empleo prácticamente nulas y sin apenas protección social. A comienzos de la crisis, hace más de cinco años, las alarmas saltaron por el aumento del desempleo juvenil como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria. Pero el colectivo de mayores de 45 o de 50 años, la gran mayoría cabezas de familia, ha sido al final el que ha entrado en una situación más desesperada ya que las empresas evitan contratar a las personas que llevan mucho tiempo en paro. Ante esta situación hace un año los agentes sociales y el Gobierno debieron tomar medidas de urgencia ante el tenor de que la previsible contratación en el 2015 no les alcanzara, como así ha sido.

El número de parados de larga duración (los que llevan un año o más buscando empleo sin encontrarlo) roza los 3 millones (2.942.300 exactamente), el 60% del total de desempleados, según los datos de la encuesta de población activa (EPA) del tercer trimestre del 2015, que cifró el paro en 4,8 millones de personas.

En la legislatura que ha finalizado, el desempleo entre los mayores de 55 años ha crecido de forma alarmante hasta superar en una décima el 18%, según datos de UGT.

EL AVISO DE LA COMISIÓN EUROPEA

A primeros de diciembre, el Ejecutivo estaba exultante porque el paro, tanto en las oficinas de empleo como en la EPA, bajaba en tasa interanual, pero las instituciones europeas, en su control postrescate financiero, dieron el aviso: la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) advirtieron a España de que el paro juvenil y el de larga duración podrían convertirse en estructurales si no se tomaban medidas.

El plan de garantía juvenil, medida estrella del Ministerio de Empleo con la tarifa plana como reclamo, preveía beneficiar a un millón de personas, pero en agosto del 2015 solo se habían registrado 86.000, según las dos instituciones europeas, que pedían más “esfuerzos” para extender los beneficios.

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Asimismo el programa para la activación en el empleo, aprobado hace un año con el respaldo de los sindicatos y las organizaciones empresariales, para reintegrar al mercado laboral a los que tienen cargas familiares y han agotado las prestaciones y ayudas se fijó el objetivo de atender a 400.000 parados, pero el propio ministerio reconoció hace un par de semanas que el número de beneficiarios era de  82.000 personas. 

LAS MUJERES MÁS PERJUDICADAS

En el periodo 2010-2014 el paro de larga duración se cebó tanto en hombres como en mujeres, pero creció más entre éstas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Mientras que la tasa de desempleo de larga duración de las mujeres entre 15 y 64 años en la Unión Europea (UE) es del 49,1%, en España llega al 53,7%. En hombres los porcentajes son del 50,1% en la UE y del 53,7% en España.

Los casos más agudos, no obstante, se han producido entre los mayores de 45 años y se ha ido agravando en los trabajadores de más edad. La baja cualificación y la carencia de otras habilidades han podido restar posibilidades a estos trabajadores para volver al mercado laboral, pero el principal obstáculo ha sido otro: es una regla no escrita que las empresas no contratan a personas mayores con experiencia si no es a bajo precio, es decir, con un sueldo de joven, y si no está bonificado. 

Los sindicatos han venido denunciado el gran número de desempleados que abandonan las listas de las oficinas del servicio público estatal ante la falta de perspectivas para encontrar empleo. Este ha sido un constante goteo. Al mismo tiempo la cobertura de la prestación por desempleo se ha ido reduciendo de forma alarmante, y el 54,36% de los parados registrados el pasado mes de noviembre (4,1 millones) no recibía esta prestación.

RECORTE DE LAS PRESTACIONES

A ello hay que añadir el recorte que desde el 2013 han sufrido los subsidios para los parados de más edad. El listón para cobrar subió de 52 a 55 años y se redujo en un 25% la cotización, lo que devalúa la pensión futura y se penaliza a los que tienen familia pues no podrán percibirlo quienes superen el 75% del salario mínimo en la suma de ingresos de toda la familia.

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La  creación de empleo de este año, temporal y parcial en su inmensa mayoría, ha paliado algunas situaciones críticas, aunque no todas. Varios trabajadores consultados por este diario han salido este año de la situación de parados de larga duración y han logrado un contrato temporal. Un respiro, pero el temor volverá dentro de unas semanas o unos meses, cuando finalicen sus contratos.