TURISMO

París, entre el triunfalismo y la fragilidad

Francia perdió el liderzgo turístico mundial en el 2016 pero este año se está recuperando

Irene Casado Sánchez / París

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El año pasado, el turismo en París cayó en picado. Dos atentados terroristas consumados y la amenaza latente no sólo golpearon al alma de la capital francesa, también supusieron una caída de visitantes. 

    Francia perdió su liderazgo como primer destino turístico mundial: japoneses, rusos y americanos, determinantes para el turismo galo por su volumen y su poder adquisitivo, evitaban viajar a París, un destino marcado por la inseguridad y ensombrecido por la constante amenaza terrorista. Sin embargo, un año después, cuando el estado de emergencia continúa presente y el nivel de alerta por atentado no se ha reducido, París recupera su buena estrella.

    Según los datos facilitados por el Comité Regional del Turismo (CRT), 16,4 millones de turistas han frecuentado los hoteles parisinos en el primer semestre de 2017. Unos datos nada desdeñables que muestran una inédita progresión: en comparación con las cifras del  2016, París ha acogido a 1,5 millones de turistas más este último año, el número de pernoctaciones en la capital francesa han aumentado en 3,3 millones. Los turistas extranjeros aumentan un 14,9%, el turismo interno un 6,4%. «Cifras que, indiscutiblemente, muestran una recuperación extraordinaria, pero no hay que olvidar que la amenaza continúa presente (…) El sector del turismo es más frágil que nunca», estima la Oficina de Turismo y Congresos de Île de France. 

    Un turismo fragilizado cuya evolución puede verse socavada por un nuevo atentado, “no sólo en París, o en territorio francés, también en cualquier punto de Europa (…) Los turistas rusos, asiáticos o americanos relacionan la amenaza con todo el continente europeo, no sólo con una ciudad específica”, recalcan desde la Oficina de Turismo de la región parisina.

    La prudencia que se extiende hasta Niza, golpeada el pasado verano por un atentado que se saldó con la muerte de 86 personas. La ciudad costera ve como, poco a poco, el turismo comienza a recuperarse: “Abril fue excepcional este 2017, el mejor desde el 2001, y las reservas para el verano han aumentado un 3% en comparación con el año pasado”, informó en julio Denis Cippolini, presidente del Sindicato de Hosteleros de Nice-Côte d’Azur. Unas cifras que consuelan al sector turístico en la Costa Azul, que perdió 400.000 pernoctaciones en el segundo semestre del 2016.