El pajarito sigue volando

Palabra dominante en todos los comentarios y corros de ayer, la volatilidad. Alusión ya clásica de que la fascinación de contemplar el vuelo de cualquier ave se explica porque es imprevisible. Como ver quemar leña en el hogar. Tan arraigado  el concepto que incluso la v de volatilidad da nombre a un índice muy apreciado por los analistas norteamericanos, el VIX, también conocido como el indicador del miedo, porque registra la intensidad con que los operadores de bolsa y compran y venden. Pues ayer cerraron la mayoría de bolsas una semana volátil como pocas.

Como muestra, la manera de presentar el cierre de operaciones de la bolsa española. Para unos, la remontada de ayer era la mejor del año. Para otros, las pérdidas aceleradas a partir del miércoles dejaban el Ibex en su peor semana del año. Ambas visiones tenían razón.

La cuestión de fondo era saber que agüero anticipaban las aves. Entonces apareció por la red otra alusión precisa, lo que hace una ave cuando está enjaulada. Pongamos que se trata de uno de aquellos canarios bien adiestrados para trinar que los mineros llevaban a la profundidad de los pozos con la experiencia de que si el pájaro callaba o dejaba de respirar, habría que salir a escape, porque volando era imposible. En esta tesitura, ¿qué canario desfallecido advirtió de lo que se avecinaba? Había consenso en señalar la caída intensa del petróleo, síntoma más que evidente de que la demanda energética básica está en retroceso porque las actividades básicas de producción también lo están.

El Ibex 35 recuperó un 2,7% aunque en la semana perdió el 1,91% y    reposó en los 9.956 puntos.