La paciencia excita

Todo empezó con el comunicado de la Reserva Federal de EEUU que preside Janet Yellen -en su primer año de mandato a la vez firme y flexible-  en el que se anunciaba que la decisión de subir los tipos de interés del dólar podía no ser tan inminente como se esperaba desde hacía meses. Introdujo una palabra que en pocos minutos se convirtió en un fenómeno viral para los gestores de carteras de renta variable. Dijo Yellen que la Fed sería paciente ante el alud de datos que recibe a diario sobre el estado de la  primera economía del mundo. ¿Paciencia? Justo lo que necesitan los especuladores al minuto, o microsegundo, para actuar en sentido contrario, acelerar sus órdenes de compra en todos los mercados.

El rebote que se inició en Wall Street contagió al resto de mercados, sean asiáticos o europeos.

La tesis dominante es que si en EEUU no hay prisa por encarecer el dólar y en el resto del mundo se aprovecha, desde hace semanas, la  caída del precio del petróleo, estamos ante un doble efecto: además del balón de oxígeno directo (menos factura energética), tenemos otro indirecto  (que la paridad de las divisas puede calmarse y el dólar se revaluará, esta vez sí, con paciencia).

Como sucede ante datos inesperados como el de la Fed, el resto de noticias que ha ocupado a los operadores desde hace semanas, como el precio del petróleo y la crisis rusa, quedaron desplazados en las preferencias de los especuladores. Ni siquiera afectó saber que el desempleo sigue bajando en EEUU, lo que en otras circunstancias hubiera acelerado la subida de tipos.

El Ibex 35 subió como no se veía desde enero del 2013: +3,40%, con el  índice en los 10.391 puntos.