LAS INICIATIVAS DE FUTURO

Con pisada enérgica

Futuro 8 Toni Ortí y Eva Carmona junto a sus baldosas energéticas.

Futuro 8 Toni Ortí y Eva Carmona junto a sus baldosas energéticas.

J.-M. U. / MARTORELL

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Imaginemos una calle muy comercial tiene instaladas en el suelo unas losas con capacidad fotovoltaica (luz solar). Fácil. Luego imaginemos que al llegar la noche, los escaparates están iluminados porque la energía acumulada por esas placas reconvertidas en pavimento, lo permite. Creíble. ¿Y si ese día ha llovido o es invierno? Habría que desarrollar un sistema que garantizara esa energía limpia las 24 horas del día y todo el año.

La solución está en una pequeña empresa de Martorell. Del ejemplo anterior falta añadir otro dato que, hasta hoy, ha pasado desapercibido: caminar también puede generar energía. Todo depende de que el suelo donde se pisa esté preparado para recogerla, almacenarla y orientarla a producir energía.

Toni OrtEva Carmona han participado en un programa poco conocido de la UE, pese a llevar el nombre de Erasmus, que está dedicado a relacionar emprendedores jóvenes con empresas consolidadas. Son la T y la E de Otem2000 (otem2000.com), que han desarrolado un proyecto con la holandesa Energy Floors para unir, por primera vez, dos fuentes de energía: la solar y la cinética. Cabe en una baldosa, bien diseñada, con patente internacional en Ginebra (del modelo de prevención que caduca a los dos años), que ahora inicia su fase de despliegue de un proyecto disruptivo. Lleva la energía solar del techo al suelo, complementa dos fuentes de energía que a nadie se le había ocurrido -salvo Orti  y Carmona, instalados, cual matrimonio, en el Molí Fariner de Martorell-, unir la energía solar y la cinética, reconvertir la presión de allá donde pisas.

Recién regresados de Holanda, donde han acabado el prototipo de la primera «baldosa sandwich», como la llama Eva (reúne, por arriba, lo solar, por debajo lo cinético),  Orti y Carmona advierten que su proyecto hay que entenderlo más como un buen complemento a las buenas prácticas energéticas que demanda la UE  que como una alternativa sostenible global.

Orti lo precisa: «Una buena aplicación de la baldosa que hemos diseñado equivale a que con 50 metros cuadrados de esa combinación híbrida en el suelo, frente a una casa, le daría energía por un año».  La imaginación hace el resto: aeropuertos, hospitales, colegios, museos, hoteles de sol-playa-bar de copas, tienen ahí una opción de energía sostenible, como pide la UE.

«Cuando hago promoción de la energía sostenible, los niños lo entienden enseguida», dice Eva. Añade Toni: «En el 2040, la mitad de la población mundial vivirá en grandes ciudades, eso requiere cambio energético». Se complementan: los niños de hoy ya intuyen cómo vivirán mañana. Pisan fuerte.