DECISIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN AUTONÓMICA

Núñez sale de nuevo de la cárcel en semilibertad

La Generalitat le concede de nuevo el tercer grado penitenciario al cumplir los requisitos

J. G. ALBALAT / BARCELONA

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El constructor y expresidente del FC Barcelona, Josep Lluis Núñez, ha abandonado hoy la cárcel donde cumplía una condena de dos años y dos meses de prisión por sobornar funcionarios de Hacienda. La Direcció General de Serveis Penitenciaris de la Generalitat, a propuetas de la junta de tratamiento de la prisión de Quatre Camins, en La Roca del Vallés, donde estaba ingresado, le ha condedido el tercer grado penitenciario o de semilibertad al haber cumplido tres cuartas partes de la pena impuesta.

El pasado mes de agosto, Núñez, que disfrutaba del tercer grado, tuvo que volver ingresar de nuevo en prisión, ya que la Audiencia de Barcelona le revocó entonces esta medida. Solo había estado 34 días encerrado entre rejas.

El juez de vigilancia penitenciaria asumió en su momento la primera petición de la fiscalía y revocó, por primera vez, el tercer grado el pasado 25 de febrero del 2015. La defensa de Núñez presentó un recurso ante la Audiencia y como que el auto no era firme, el promotor inmobiliario pudo continuar en semilibertad, hasta agosto, que el tribunal ordenó de nuevo su encarcelamiento.

RELEVANTE CASO DE CORRUPCIÓN

En un primer auto, la Audiencia reclamó al juez de vigilancia penitenciaria que que dictara una petición más motivada. En su respuesta a la demanda, la jueza de vigilancia penitenciaria, Isabel Gallardo, fue muy contundente en la defensa de su decisión de revocar el tercer grado. La magistrada compartía la opinión del fiscal de que la conducta del empresario «fue muy grave» en términos de «repercusión social e institucional», pues fue condenado por «el caso de corrupción de mayor relevancia conocido en la historia de Catalunya». 

Además, resaltó como agravante que «el interno cometió el delito por puro ánimo de lucro, por mera avaricia». Esta circunstancia, unida a la gravedad del delito exigía a entender de la jueza, un «mínimo de tratamiento en el que se constate la realidad de la asunción y comprensión de los hechos que permita evidenciar un riesgo bajo de reincidencia criminal».

El macroproceso destapó los sobornos de Núñez a inspectores para que hicieran la vista gorda con las empresas de su grupo. El Tribunal Supremo rebajó la condena de seis a dos años al quitarle el delito de falsedad.