NEGOCIO AERONÁUTICO

Norwegian se consolida como la esperanza de El Prat para vuelos intercontinentales

Un avión de Norwegian aterriza en el aeropuerto de El Prat.

Un avión de Norwegian aterriza en el aeropuerto de El Prat. / periodico

SALVADOR SABRIÀ / BARCELONA

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El 22 de marzo del 2007, en un acto promovido por la llamada sociedad civil y celebrado en el IESE para reclamar que el aeropuerto de El Prat se convirtiese en un nudo de conexiones de vuelos intercontinentales, nadie podía imaginar que esta demanda podría llegar a cubrirla en parte una compañía de las llamadas de bajo coste. Nueve años más tarde, uno de los protagonistas de la transformación del aeropuerto de Barcelona, el próximo presidente de British Airways y aún presidente de VuelingÁlex Cruz, sentenciaba en su última intervención pública en la capital catalana que si había alguna compañía con capacidad y voluntad para crear en El Prat una base de vuelos intercontinentales esta era la noruega Norwegian.

¿Tenía razón Cruz o era una manera de traspasar la responsabilidad a otra compañía que no sea del grupo IAG (British, IberiaVueling y Air Lingus? Norwegian es la primera aerolínea 'low cost' europea que ha iniciado operaciones de larga distancia, y además ha puesto en marcha un plan estratégico para incrementar esta actividad. Tiene actualmente nueve aviones Boeing 787 para cubrir este tipo de vuelos y compromisos para ampliar esta flota hasta alcanzar los 40 en el 2020. A finales de este año debería disponer de 12, en el 2017 nueve más y el año siguiente otros 11.

VUELOS YA EXISTENTES

"Para llenar estos aviones será necesario trabajar en más mercados que los actuales y la intención es hacer largo radio desde Barcelona, con aviones que tengan su base aquí", explicaba un portavoz de la aerolínea, sin concretar cuándo puede suceder esto. La aerolínea ya realiza vuelos intercontinentales de Londres a Estados Unidos, de Oslo, Copenague y Estocolmo a varios aeropuertos estadounidenses y a Bangkok. También lo hará de París a Nueva York, Los Ángeles y Fort Lauderdalle (cerca de Miami), en este caso para cubrir la demanda de cruceristas, una característica que también se produce en Barcelona. 

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El fundador y consejero delegado de Norwegian, Bjorn Kjos, ha manifestado en más de una ocasión que la compañía tiene la intención de poder iniciar vuelos de larga distancia desde El Prat a finales de este año, pero algunos problemas con retrasos en las licencias, entre otros, hacen que sea más realista la opción del 2017. En todo caso, la evolución de la actividad de Norwegian en Barcelona avala estos planes. En el 2014 cerró el ejercicio con 828.218 pasajeros en El Prat; el año pasado llegó a 891.267 y se situó como la séptima aerolínea y este año espera incrementar sus cifras un 42% si consigue llenar el equivalente aumento de oferta que ha puesto en marcha. De hecho, en los dos primeros meses del 2016, la firma noruega ya ha transportado un 37% más de pasajeros que en el mismo periodo del 2015.

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El año pasado desde El Prat se pudo volar a 34 destinos intercontinentales, incluyendo el norte de África y Oriente Medio, con 8 rutas a Norteamérica, tres a Suramérica,14 a África y 9 a Asia. Pero en todos los casos eran vuelos operados por aerolíneas que no tenían una base en Barcelona. Si prospera la apuesta de Norwegian esta será la gran diferencia.

GENERACIÓN DE EMPLEO

Jaume Adrové, director del Gestió i Promoció Aeroportuària (GPA), empresa de consultoría aeroportuaria vinculada a la Cambra de Comerç de Barcelona y al Comitè de Desenvolupament de Rutes Aèries de Barcelona (CDRA), considera que sería una muy buena noticia para el aeropuerto y para la ciudad porque generaría puestos de trabajo muy cualificados y situaría a Barcelona en la tendencia de las grandes aerolíneas que están empezando a crear sus compañías de bajo coste para vuelos intercontinentales, como Lufthansa con Eurowings desde la ciudad alemana de Colonia. 

"Tener un base de este tipo de vuelos en Barcelona es dotarse de muchas más posibilidades de crecer. Se incrementa la conectividad y se dispone de muchas oportunidades de ampliar los destinos, una circunstancia que no se da con las compañías que solo vuelan de punto a punto", recalca Adrové. Su conclusión no puede ser más clara: "Sería muy positivo para Barcelona, y también para el negocio de carga aérea ya que podría abrir nuevas rutas".