Las cuentas de los ciudadanos

El negocio de prestar dinero para llegar a final de mes se dispara

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS
BARCELONA

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El argumento de las firmas de crédito instantáneo es que las dificultades de liquidez derivadas de la crisis impulsan su negocio. Pero es posible que lo que justifica el auge de estas empresas se pueda explicar con otras palabras: cada vez es más complicado llegar a fin de mes. Sobre todo, si aprieta el desempleo y no es posible tirar de la tarjeta de crédito porque el banco limita los descubiertos, si estos no le permiten cobrar comisión. El caso es que los problemas de muchos para poder cubrir los gastos que permiten pasar el mes son la plataforma sobre la que otros construyen un negocio que cada vez es más próspero en España.

«En el último mes hemos tenido 600 solicitudes de crédito y eso significa doblar la demanda con respecto al mes precedente. Pero aun así, estamos lejos de la competencia, que está en unas 2.000 solicitudes de crédito al mes». Quien explica la rapidez con la que evoluciona la demanda es Daniel Alonso, director general de Crédito Pocket, una de las últimas compañías que se ha sumado al sector en España.

La financiera se puso en marcha el pasado año, impulsada por cuatro socios catalanes que han intentado emular el éxito obtenido por este tipo de empresas en otros países europeos. Tanto es así que la mayor parte de la media docena de compañías que operan es España están controladas por firmas internacionales.

La finlandesa Ferratum (la marca española es Creditomovil) se instaló en el 2008 en Málaga. «El crédito instantáneo se está desarrollando en España en la misma medida en que penetra internet», explica Luis García, responsable de la oficina española de ese grupo, que está situada en la ciudad andaluza.

POCA TRANSPARENCIA / Creditomovil no ofrece cifras sobre su actividad. Pese a que ha solicitado una ficha bancaria, las transparencia no es el aspecto fuerte del sector. Aun así, García desvela que en el primer semestre del año la firma cerró sus cuentas con un volumen de crédito de dos millones de euros. «La expectativa no es doblar para acabar el año. Es triplicar», comenta García.

No debe olvidarse que el volumen máximo de los créditos son de 400 euros y que la media estaría en torno a los 200 euros. Dos millones de euros significan prácticamente 10.000 créditos concedidos en el primer semestre. Pero esa cifra tan solo es una pequeña parte del volumen de crédito que se pide. «La mayor parte de las solicitudes se deniegan», explica Alonso.

La razón principal es que el cliente figure en el fichero de ASNEF, donde se registran los pagadores morosos. Es condición sine qua non no figurar entre los inscritos, aunque solo sea porque una falta de entendimiento la compañía de telefonía móvil haya provocado la inscripción. Las compañías se guían por ese fichero para conceder el préstamo. Más allá de ese dato no se pide mucha información suplementaria: que el demandante tenga más de 21 años, que haya pagado los créditos anteriores, si es que los pidió, y que no pertenezca a una familia que ha solicitado otros préstamos en el mismo momento. «A un joven de 19 años que nos pide un préstamo un sábado por la noche no se lo concedemos. Tampoco queremos que una familia se endeude más de la cuenta por lo que no concedemos préstamos a varios de sus miembros a la vez», explica García.

No es necesario precisar que quien recurren a este tipo de préstamos es para cubrir una urgencia que no puede satisfacer de otra forma, puesto que el banco habitual no le da más margen de endeudamiento, lo que no quiere decir que las entidades bancarias renuncien a hacer negocio con las dificultades de los clientes para cubrir gastos ordinarios o extraordinarios. «Aumenta el número de descubiertos en la medida en que también se incrementa el número de clientes», comenta el responsable del área de clientes de una entidad financiera catalana.

Al margen de la proporcionalidad, las entidades financieras son conscientes de que los clientes tiran algo más de los números rojos. No hay problema cuando se tiene asegurado el cobro de la nómina. «Sabemos que el cliente responderá y cubrirá el descubierto», comenta el responsable comercial de una entidad financiera. En ese caso, el descubierto se trata como un servicio del banco. Su coste puede rondar el 15%. Siempre será inferior al interés que aplican las firmas de crédito rápido. Para un préstamo de 300 euros, el cliente puede llegar a devolver 400 euros. La cantidad no es elevada, pero el tipo de interés es estratosférico. Sin duda, el último recurso financiero tiene su precio.