Efectos de la crisis en el sector financiero

La nacionalización de la CAM y NCG acaba con 70 millones de obra social

Protestas de los diputados del BNG por las indemnizaciones de los exdirectivos de Nova Caixa Galicia, ayer en el Parlamento gallego.

Protestas de los diputados del BNG por las indemnizaciones de los exdirectivos de Nova Caixa Galicia, ayer en el Parlamento gallego.

PABLO ALLENDESALAZAR
MADRID

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El futuro de la obra social de la alicantina CAM y de Nova Caixa Galicia (NCG), dos de las cajas que más dinero han dedicado a esta partida en los últimos años (unos 70 millones de euros de forma conjunta solo en el 2011), ya no está en mano de las entidades. El Estado posee el 100% del banco al que se han transferido los activos financieros de la institución levantina y el 93% del de la gallega, y prevé deshacerse de estas participaciones. Las cajas confían en la buena voluntad de los compradores para mantener su actividad social, ya que solo cuentan con recursos para mantenerla unos pocos años.

El caso más acuciante es el de la CAM. La entidad tuvo que reducir el presupuesto de sus proyectos sociales de los 70 millones del 2009 a 44 millones en el 2010 por sus graves problemas de solvencia. Para el 2011, tiene previsto destinar 38 millones, que los administradores nombrados por el Banco de España tras la intervención de la institución han decidido mantener.

El problema es que la obra social ya no va a recibir ingresos del banco CAM, al no ser accionista, y solo cuenta con un remanente de 61 millones en el fondo de reserva de la obra social. Solo los gastos generales, de personal y amortizaciones suponen 10 millones de euros al año, mientras que el desembolso para mantener la actividad se elevó a unos 25 millones el año pasado.

Así las cosas, la caja confía en que el banco que gane la subasta organizada por el Banco de España para colocar la caja decida realizar su actividad filantrópica a través de la obra social. La Generalitat y los sindicatos ya están presionando en este sentido. No es descartable que el comprador lo acepte para no enemistarse con la sociedad valenciana, pero los presupuestos nunca volverán a ser los de antaño.

ESCASO REMANENTE / La caja gallega se encuentra en una situación parecida. El supervisor le hizo replantearse su plan de negocio y perspectivas de beneficio para este año, con lo que el presupuesto de la obra social bajó de los 87 millones previstos inicialmente a unos 32 millones, muy lejos de los 86 millones del 2010.

Solo va a recibir el 7% de los dividendos del banco, que se esperan escasos por el proceso de ajuste que deberá acometer en los próximos años para sanearse. El fondo para la obra social cuenta con un remanente de 95 millones y los gestores han asegurado que esperan poder destinar un presupuesto de unos 25 millones a este fin hasta el 2015. A partir de entonces, el futuro de su actividad social dependerá de la voluntad de quien compre la participación al Estado. Los sindicatos, por su parte, afirman que los directivos les han transmitido que la actividad es «inviable».

OCHO MILLONES / Desaparezcan o mermen de forma notable, los problemas de la obras sociales de estas dos entidades (más de cuatro millones de beneficiarios cada una) tendrán un gran impacto en sus territorios. La CAM destinó en el 2010 el 25% de su presupuesto social a proyectos asistenciales y sanitarios y el 53% a actividades culturales, así como pequeñas partidas a tareas de investigación y docencia.

Además de las iniciativas que patrocina, la caja mantiene abiertas 11 aulas de participación ciudadana, tres centros de alfabetización tecnológica, siete salas de exposiciones, dos museos, un aula de jóvenes, cuatro centros educativos de medio ambiente y una escuela concertada.

La obra social de la caja gallega tiene presencia en el 90% de las poblaciones de su región, y destina el 30% de su presupuesto al desarrollo socioeconómico, el 29% a la acción social y el 41% a actividades culturales. La entidad mantiene, entre otras instalaciones, una escuela de negocio, 15 centros de atención a mayores, cuatro residencias para ancianos y cuatro escuelas.