Moderar

Dicen los analistas serios, los que cruzan datos propios (españoles) con los europeos y mundiales, que la gran moderación que ha recorrido la política capitalista y sus gobiernos afines desde el 2008 está cerca de finalizar. Llevar a casi cero los tipos de interés acaba empatando a casi cero con el crecimiento de los países que aplican y mantienen la moderación, sean deudores del dólar o del euro. Cuestión aparte es que en la estela de estas políticas monetarias haya países que aprovechan para llevar a casi cero los derechos laborales, como es el caso de España.

Los defensores de estas políticas sostienen que son las capaces de resurgir, crear empleo y exportar. Semejante hecho estadístico ha merecido los elogios de las agencias de calificación de la deuda pública española, controlada por los mismos poderes que exigían políticas de base cero en empleo y salarios. España está mejor, sin duda. Y cuenta desde el domingo con la opinión de la mayoría de portugueses. Las políticas de restricción de derechos básicos han cuajado entre sus perceptores. Recibían demasiado, piensan. Pero los macroeconomistas, los que miden ciclos, avisan de que la moderación ya es una rémora para el crecimiento. Se confirmará en primavera del 2016. Será tarde.