Miedo a la recesión, otra vez

Operadores en la Bolsa de Nueva York.

Operadores en la Bolsa de Nueva York. / periodico

ROSA MARÍA SÁNCHEZ / MADRID

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Ahora que la economía española empieza a consolidar su recuperación, las dudas sobre una nueva recesión mundial nueva recesión mundialcaen como un jarro de agua fría. “¡Pero si hace nada nos decían que todo estaba bien!”,  ironizaba hace unos días en la red social Twitter el economista Santiago Niño Becerra, de la Universidad Ramón Llull de Barcelona.

La gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió a finales de diciembre de que el crecimiento de la economía mundial en el 2016 iba a ser “decepcionante”, pero pocos podían adivinar que mes y medio después estarían sopesando el riesgo de

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una nueva recesión en el mundo. La señal de alarma ha saltado en las bolsas, que en lo que va de año acumulan caídas en torno al 20% a ambos lados del Atlántico (30% desde mediados del año pasado).  

La poderosa presidenta de la Reserva Federal de EEUU, Janet Yellen, ha añadido esta "semana más leña al fuego de la incertidumbre al admitir que las turbulencias en las bolsas y el aumento de los riesgos en los mercados emergentes podrían hacer mella en el crecimiento de la primera economía mundial.  

¿TEMPESTAD O TSUNAMI?

Inversores, analistas y economistas se enfrentan perplejos a las nuevas dudas. Las recientes caídas de las bolsas (el Ibex ha bajado el 18% en lo que va de año y el 32% en siete meses) y el hundimiento de la cotización de los bancos anticipan que una ola se avecina, pero nadie sabe muy bien si se trata de una tempestad o de un tsunami.

“¿Nos encaminamos a una recesión? ¿Hay una crisis bancaria en ciernes? ¿Es esto una reedición de la crisis de 2008?”, se pregunta el jefe del servicio de estudios de Bankia, José Ramón Díez Guijarro. Y la respuesta es que  “ahora mismo no hay suficientes evidencias para responder con un sí a ninguna de estas preguntas”.

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“No estamos en la puerta de una recesión. Pero podemos equivocarnos”, admite con similar nivel de incertidumbre Sasha Evers, director general de la casa de inversión BNY Mellon para el mercado ibérico. “En el 2008 estaba claro que estábamos en una crisis financiera originada por las hipotecas 'subprime'. En el 2011, el problema era la deuda soberana. En esta ocasión confluyen muchos factores a la vez”.

En el tablero de mandos de los analistas se mezclan la desaceleración de China, la caída de los precios de petróleo y las materias primas, el hundimiento de las economías emergentes, los tipos de interés negativos, riesgos geopolíticos (refugiados), pérdida de negocio bancario y elevada morosidad en algunas entidades financieras hasta ahora intocables (como el Deutsche Bank). También figura el aumento de las primas de riesgo en economías periféricas, la huída del dinero a refugios como el oro y la perspectiva de nuevas medidas de estímulo monetario en los bancos centrales de todo el mundo, empezando por el BCE.  

¿OTRA HISTORIA U OTRO CAPÍTULO?

“Lo que está claro es que esto no es lo mismo que en el 2008, cuando la caída de Lehman Brothers”. Según Evers, las entidades financieras se encuentran en estos momentos con unos balances “mucho más sólidos y saneados”, especialmente las americanas, y no existe a la vista “una crisis de crédito”.

Antes al contrario, las entidades financieras están inundadas por la liquidez proporcionada por los bancos centrales a tipos cercanos a cero para capear la crisis. Uno de los problemas es que ese dinero no se está transformando en crédito con el que multiplicar la inversión y el consumo . Y los inversores, con unos tipos de interés en mínimos o negativos han optado por la bolsa alimentando una burbuja que estos días ha empezado a deshincharse ante las peores perspectivas económicas mundiales.

Tal vez por eso, Santiago Niño Becerra defiende que la economía se enfrenta a un nuevo bucle de la recesión global inaugurada en el 2008. “Ya se está hablando de una posible nueva recesión global, y no, pienso que es otra manifestación de la misma crisis”, proclama en otro tuit.

“Ya saben: pienso que no se trata de una crisis bancaria, sino de una nueva manifestación de una crisis sistémica iniciada en el 2007”, escribe.  

LO QUE SABEMOS Y LO QUE NO

“Lo que sí sabemos es que la caída media de las bolsas en una recesión se sitúa entre el 35% y el 40% y que las bolsas europeas ya han perdido en torno al 30% desde abril del 2015”, explica Díez Guijarro para intentar objetivar la situación. Pero “ también sabemos que las bolsas suelen “anticipar” más recesiones de las que luego se producen”. Es decir, que se equivocan.

Por un lado, los indicadores financieros hablan de un riesgo creciente de recesión (caída de las bolsas, primas de riesgo, beneficios empresariales, tipos de interés).  Pero, por otro lado, los indicadores macroeconómicos indican que no es para tanto (producción industrial, empleo, confianza).

Mezclando en la coctelera unos y otros indicadores, el servicio de estudios BBVA Research llega a la conclusión de que la probabilidad de recesión en EEUU ha subido al 25%. “Los indicadores económicos actuales envían señales alarmantes que apuntan a una recesión económica en el futuro”, se afirma en un reciente informe. “Los líderes mundiales deben negociar una estrategia para escapar de la amenazadora posibilidad de una recesión económica mundial”, concluye.

PROFECÍAS AUTOCUMPLIDAS

“En este contexto de inestabilidad financiera, el riesgo es el de las expectativas autocumplidas”, se advierte desde Bankia. “Es decir, que las caídas de los mercados financieros  terminen precipitando la recesión, bien a través de las expectativas, bien por el efecto riqueza”.

Familias y empresas pueden dejar de consumir o de invertir si disminuye su confianza en el futuro o si están perdiendo en la bolsa. BBVA Research estima que una caída de la riqueza financiera neta del 10% se puede traducir en un retroceso de un punto en el consumo privado y en una pérdida similar del nivel de PIB.

Aún no se conoce dónde estará la tecla capaz de desactivar la espiral de desconfianza y recesión. Algunos miran a China. Después de una semana de cierre festivo, por la celebración del año nuevo chino, la bolsa china abre este lunes. Atención a las señales.