Más allá del sol y playa

Aunque el turismo de sol y playa sigue dejando buenos dividendos en España y en otros países que ofrecen esta fórmula de éxito, agencias de viajes, hoteleros y los gobiernos implicados saben que ya no da para más. Ese segmento del mercado está saturado: tiene un público fijo que prefiere la tumbona y el todo incluido y que apenas traspasa la frontera del hotel. Todos los expertos coinciden en que ha tocado techo.

El reto es ofrecer otros alicientes a un creciente número de turistas. El año pasado viajaron más de 1.100 millones de personas, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), de las que 65 millones visitaron España. De ello se hablará hasta el próximo domingo en Fitur, la feria internacional del turismo que los reyes Felipe y Letizia inauguraron ayer. La edición número 35 ha crecido en espacio y en número de expositores y la actividad y la oferta de estos denota que se ha salido de la crisis con nuevas y atractivas propuestas.

CONGRESO Y TIENDAS

Las dos nuevas secciones de este año son es el turismo de compras y el de salud. Del primero ya hay precedentes en otras importantes capitales como Londres o Nueva York. España es el cuarto país del mundo que atrae a más visitantes de este segmento, que se dejan unos 1.100 millones de euros -en Europa llega a 13.500 millones-, y Barcelona, la ciudad pionera.

Ayer las marcas de lujo mostraban sus mejores vestidos, zapatos o bolsos para atraer al cliente que no solo viaja para comprar o ver mundo, sino que asiste a un congreso o convención.

El turismo sanitario es aún más amplio y los clientes tienen gran poder adquisitivo. Los médicos, asistentes sanitarios y demás personal de los hospitales españoles gozan de gran fama internacional y la convalecencia requiere establecimientos tranquilos y de calidad, como por ejemplo la red de balnearios.

Para el 2015 se prevé una facturación de 277 millones de euros que podrían convertirse en 900 millones en el 2019. Quince empresas se dan cita en Fitur, y Asturias y Navarra son las comunidades con más experiencia en este modelo de negocio.

Más allá del sol y playa, sin comprar y sin necesidad de estar enfermo, en la feria abunda la oferta gastronómica con todos los sabores del mundo, el senderismo -incluida la curiosa ruta de evasión de los judíos a través del Pirineo de Lleida- y todo tipo de propuestas culturales y deportivas. Un ejemplo: el pabellón de Madrid simula un campo de fútbol y el visitante puede meter goles virtuales a los porteros de los cuatro equipos. A su alrededor, unos pequeños mostradores informan de que también existen museos como el Prado.